Nito Mestre: “Estoy pasando por una etapa feliz”

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Ya
pasaron
más
de
cincuenta
años
de
la
revolución
que
produjo
la
aparición
de

Sui
Generis
,
aquel
proyecto
musical
de

Charly
García
y
Nito
Mestre

que
marcó
a
más
de
una
generación
en
Argentina
y
en
muchos
otros
países
de
América
Latina.
Sin
embargo,
tanto
Charly
como
Nito
siguen
siendo
noticia.
García
edita
el
11
de
septiembre
su
nuevo
disco,
el
muy
esperado
La
lógica
del
escorpión.

Y
Nito
revive
en
dos
shows
que
se
llevarán
a
cabo
el
viernes
30
y
el
sábado
31
de
agosto
a
las
21:00
horas
en
el
Teatro
Ópera
los
dos
primeros
discos
de
Sui
Generis,
Vida
(1972)
y
Confesiones
de
invierno
(1973).
 
 
 

El
viernes
será
la
noche
de
Vida
y
el
sábado
la
de
Confesiones
de
invierno.
Mestre,
de
72
años,
interpretará
los
temas
en
el
orden
en
el
que
aparecieron
en
los
dos
discos
e
incluirá
algunas
canciones
de
otros
proyectos
en
los
que
estuvo
involucrado
(PorSuiGieco,
Los
Desconocidos
de
Siempre)
e
incluso
alguna
canción
nueva
(este
año
publicó
el
single
“Acercate
a
mí”,
que
se
puede
escuchar
en
diferentes
plataformas
de
streaming).
Habrá
un
cuarteto
de
cuerdas
en
el
primer
concierto
y
una
sección
de
cuerdas
en
el
segundo,
más
un
invitado
distinto
por
noche
que
el
protagonista
prefiere
no
revelar,
aunque

aclara
que
son
“músicos
de
otra
generación,
más
jóvenes
que
yo”.
 


“Estos
dos
discos
no
me
provocan
nostalgia

–asegura
Nito–,

sino
un
cariño
absoluto.
Son
discos
que
tienen
mucha
vigencia,
como
puedo
comprobar
cada
vez
que
toco
en
vivo
y
viene
a
verme
gente
de
menos
de
30
años.
Y
no
es
que
vienen
con
sus
padres.
Vienen
solos
o
en
grupo
pero
por
su
propia
iniciativa.
En
Perú,
por
ejemplo,
se
me
acercó
gente
para
decirme
‘estas
canciones
me
cambiaron
la
vida’
.
Y
eran
pibes
muy
jóvenes.
Se
está
cumpliendo
el
sueño
que
tenía
cuando
empecé
con
la
música”. 

Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios

El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.


—¿Cuál
era
ese
sueño?

 —Cuando
tenía
17,
18
años
yo
quería,
por
sobre
todas
las
cosas,
grabar
un
disco.
No
era
de
los
que
decían
“soy
un
bohemio
y
sólo
canto
para
mis
amigos,
no
quiero
prostituirme
con
la
música”.
Eso
siempre
me
pareció
más
miedo
a
exponerse
que
una
actitud
bohemia.
Para
mí,
grabar
un
disco
era
una
forma
de
decir
“esto
va
en
serio,
es
un
oficio,
una
profesión”.
Y
el
objetivo
que
tenía
era
el
de
unir
a
distintas
generaciones.
No
pensaba
en
ser
rico
o
famoso.
Obviamente,
todos
los
músicos
de
mi
generación
soñamos
con
convertirnos
en
los
Beatles,
pero
al
margen
de
esa
obviedad
yo
quería
que
padres
e
hijos
tuvieran
un
canal
para
comunicarse.
En
la
época
en
la
que
empezamos
con
Sui
Generis
había
una
distancia
sideral
entre
generación
y
generación.
Y
nuestras
canciones
achicaron
esa
distancia.
 


—¿En
qué
condiciones
grabaron
esos
dos
discos
con
Charly?
¿Tenían
todos
los
recursos
que
necesitaban?

—Recursos,
muy
pocos.
Grabamos
en
tiempo
récord,
en
cuatro
canales.
Y
no
había
tiempo
para
corregir
nada.
Era
todo
muy
inocente,
pero
a
la
vez
muy
querible.
Creo
que
si
no
hubiese
sido
parte
de
Sui
Generis,
me
hubiera
gustado
escuchar
esas
canciones
porque
me
hubiera
sentido
reflejado
en
la
música
de
esos
dos
amigos
de
la
escuela
secundaria
que
cantan
juntos
con
mucha
candidez
y
al
mismo
tiempo
con
una
gran
visión
de
futuro.
En
esas
grabaciones
fueron
muy
importantes
los
productores,
Billy
Bond
y
Jorge
Álvarez.
Jorge
nos
decía
siempre
que
teníamos
que
tocar
para
todo
tipo
de
público.
“Tienen
que
estar
en
todos
lados,
tienen
que
aprender
a
dialogar
y
a
convivir
con
todos”,
nos
repetía.
Y
eso
nos
enseñó
mucho,
en
la
música
y
en
la
vida.
Hasta
el
día
de
hoy
yo
converso
del
mismo
modo
con
un
trapito,
que
con
el
Presidente
de
la
Nación.
Esa
transversalidad
me
encanta. 

Además
del
single
que
editó
este
año
y
formará
parte
de
un
futuro
álbum,
Nito
tiene
una
agenda
llena
de
actividades:
el
año
pasado
hizo
shows
en
diferentes
países
de
América
Latina,
en
España
y
en
Suiza,
y
su
plan
es
regresar
a
esos
lugares.
Hace
unos
días
estuvo
en
Miami
grabando
entrevistas
para
el
programa
RockandRoad
que
produce
con
su
pareja,
Pamela
Gowland,
fue
parte
de
la
grilla
 de
GarageTV
y
hoy
puede
encontrarse
en
YouTube.
La
idea
es
poder
incluirlo
en
alguna
plataforma
de
streaming.
 
  

“Ya
hicimos
más
de
90
programas,
con
invitados
de
todo
tipo:
Claudio
Gabis,
Gustavo
Santaolalla,
Palito
Ortega,
el
exfutbolista
Carlos
Tapia…
Ahora
grabamos
cuatro
capítulos
más
con
argentinos
que
están
en
Miami:
directores
y
productores
de
cine,
artistas
plásticos,
un
coleccionista
de
autos…
Con
las
camaritas
que
hay
ahora
es
más
fácil.
Pero
el
trabajo
mayor,
que
es
el
de
la
edición,
lo
hace
mi
mujer.
Yo
manejo
un
auto
y
charlo”,
explica
Nito,
que
dice
estar
pasando
por
una
etapa
muy
feliz
de
su
vida. 

2022_11_05_nito_mestre_nestorgrassi_g

“Es
que
yo
no
me
imaginaba
ni
la
mitad
de
las
cosas
que
me
sucedieron.
Pero
ni
a
palos,
eh…
No
hablo
de
ser
conocido
o
tener
éxito.
Eso
es
lo
de
menos,
te
das
cuenta
con
el
paso
de
los
años.
Rescato
por
sobre
todas
las
cosas
haber
cumplido
ese
deseo
de
unir
generaciones.
Eso
es
lo
que
quiero
celebrar
con
estos
dos
shows
en
el
Ópera”,
sostiene. 

“También
siento
que
debo
seguir
demostrando
por
qué
llegué
hasta
acá
–agrega
el
cantante–.
Y
la
respuesta
es
sencilla:
porque
trabajé
más
de
cincuenta
años
y
pasé
por
todas.
Fui
muy
popular,
me
fue
mal,
me
fue
pésimo,
estuve
internado
para
zafar
del
alcoholismo…
Hay
toda
una
gama
de
cosas
que
pasaron
en
mi
vida
de
las
que
aprendí
mucho.
Cuando
se
terminó
Sui
Generis
me
enojé,
como
se
enojó
Paul
McCartney
cuando
se
acabaron
los
Beatles
y
él
sacó
su
primer
disco
solista,
donde
le
pasaba
unas
cuantas
facturas
a
su
pasado
reciente.
Hoy
creo
que
esa
es
una
visión
inmadura
de
las
cosas.
Uno
es
todo
lo
que
hizo
durante
toda
su
vida.
A
medida
que
crecés
te
das
cuenta
de
lo
importante
que
es
lo
que
hiciste
cuando
empezaste,
lo
que
en
definitiva
te
forjó
como
artista”.

El
de
Sui
Generis,
de
todos
modos,
fue
un
viaje
intenso
pero
corto:
el
primer
disco
de
la
banda,
Vida,
apareció
en
1972
y
tres
años
después,
en
1975,
Charly
y
Nito
le
ponían
un
broche
de
oro
al
proyecto
con
un
inolvidable
show
de
despedida
en
el
Luna
Park
que
quedó
en
la
memoria
de
muchos
argentinos
que
estuvieron
allí
o
vieron
el
documental
Adiós
Sui
Generis
(1976),
de
Bebe
Kamin.
Argentina
estaba
a
las
puertas
de
una
de
las
mayores
tragedias
de
su
historia,
la
irrupción
de
la
última
dictadura
cívico-militar
que
sembró
el
terror
a
partir
de
1976
y
dejó
el
poder
recién
en
1983.
El
final
de
Sui
Generis
fue
también
el
epílogo
de
una
época
muy
efervescente
del
país.

Pasó
casi
medio
siglo
de
todo
aquello
y
Nito
sigue
relacionado
con
la
música,
uno
de
sus
grandes
amores.
Concentrado
en
lo
suyo,
pero
también
atento
a
lo
que
pasa
a
su
alrededor:
“Me
gustan
unos
cuantos
artistas
jóvenes
–cuenta–.
Bandalos
Chinos,
Zoe
Gotussoi,
Conociendo
Rusia…
También
me
gustó
mucho
Wos
cuando
lo
vi
en
vivo,
es
muy
potente.
Me
gusta
lo
que
hacen
y
cómo
manejan
su
carrera”. 


—¿Y
de
la
nueva
música
urbana
te
gusta
algo?

—Lo
que
no
me
gusta
del
trap
y
de
estos
géneros
más
nuevos
es
que
casi
todos
 cantan
como
si
fueran
centroamericanos.
Todos
se
parecen.
Estaría
bueno
que
hagan
algo
más
propio,
más
original.
Además
a

me
gustan
los
músicos
que
pueden
ejecutar
instrumentos.
Cuando
hay
muchos
samples,
grabaciones
y
filtros
me
gusta
menos.
No
me
parece
mal
usar
esos
recursos,
y
de
hecho
no
es
algo
nuevo.
Ya
lo
hizo
Cher
a
finales
de
los
años
90.
Pero
si
es
una
constante
o
lo
usás
porque
está
de
moda…
Muchas
veces
no
termino
de
distinguir
a
algunos
de
esos
artistas,
no

quién
es
quién.
Me
da
la
impresión
de
que
no
tienen
firma
propia
ni
personalidad.
Y
prefiero
la
personalidad
en
todas
las
ramas
del
arte:
en
la
música,
en
el
cine,
en
la
pintura…
Hace
unos
días
escuché
un
tema
de
Pink
Floyd
en
la
radio
y
pensé
en
eso:
“¡Qué
diferencia
entre
esto
y
el
trap!”.
Como
ha
dicho
mi
querido
amigo
Charly
García:
“La
música
es
melodía,
armonía
y
ritmo,
y
ahora
hay
ritmo,
pero
falta
la
melodía
y
la
armonía”.


—Sale
un
disco
nuevo
de
Charly.
¿Qué
pensás?

—Me
pone
contento,
pero
más
contento
lo
va
a
poner
a
él
porque
venía
de
una
larga
negociación
con
la
discográfica,
un
tira
y
afloje
clásico
con
la
industria.
 No
creo
que
Charly
haya
estado
muy
metido
en
toda
esa
historia,
eso
lo
hará
la
gente
que
lo
rodea
hoy,
que
trabaja
con
él.
Pero
debe
estar
contento
de
que
el
disco
por
fin
sale
y
eso
me
alegra.