La
única
señal
que
marca
que
Sebastián
Wainraich
no
es
el
rey
Midas
es
su
equipo
favorito
Atlanta.
Va
a
la
cancha
a
verlo,
conoce
a
los
jugadores,
habla
con
el
técnico
y
con
los
dirigentes
y
aun
así,
el
Bohemio
no
supera
la
mitad
de
tabla
en
el
campeonato
de
segunda
división
del
fútbol
argentino.
En
el
resto
de
sus
actividades,
lo
que
toca
lo
transforma
en
oro.
A
su
aceitado
programa
“Vuelta
y
media”
por
radio
Urbana
Play
FM104,
uno
de
los
más
escuchados
del
país
y
a
su
ciclo
televisivo
“La
noche
perfecta”
en
El
Trece,
le
sumó
la
publicación
de
su
primera
novela
“Patria
y
familia”,
la
cual
está
recibiendo
muy
buenas
críticas
por
haber
sabido
interpretar
a
la
perfección
el
pensamiento
íntimo
de
un
candidato
a
presidente
de
la
Nación.
Quien
lea
el
libro
verá
la
imagen
de
Alberto
Fernández
de
manera
muy
nítida
porque
tiene
muchos
puntos
en
común
con
su
historia.
Pero
cronológicamente
y
por
los
tiempos
editoriales
de
edición
e
impresión,
se
confirma
que
no
fue
copia
fiel,
sino
una
casualidad
de
esas
con
las
que
las
series
televisivas
se
escudan
“cualquier
parecido
con
la
realidad
es
pura
coincidencia”.
Para
su
presentación
Wainraich
salió
del
arquetipo
de
una
librería
con
decenas
de
sillas,
un
living
con
dos
sillones
donde
ser
entrevistado
y
montó
un
show
en
el
teatro
Maipo
junto
a
su
amigo
Pablo
Fábregas,
su
mujer
Dalia
Gutmann
e
hicieron
sendos
monólogos.
Con
entrada
gratuita,
pero
promocionado
por
el
mismo,
llenó
el
aforo
y
vendió
centenares
de
libros.
Éxito
absoluto,
al
igual
que
cuando
incursiona
en
el
cine
y
regala
una
lograda
película
como
“Una
noche
de
amor”
o
una
serie
como
“Casi
feliz”.
Noticias:
Su
libro
“Patria
y
familia”
parece
predecir
la
historia
de
Alberto
Fernández,
con
la
diferencia
que
salió
publicado
luego.
Sebastián
Wainraich:
Sí,
podemos
reconocer
que
este
candidato
tiene
una
vida
sexual
intensa
y
después
todo
se
chocó
con
la
realidad.
Pero
es
pura
coincidencia.
No
sabía
nada.
Sé
que
son
adultos
los
políticos
y
el
sexo
juega
un
papel
importante,
pero
cuando
saltó
todo
lo
de
Alberto
Fernández,
ya
había
entregado
el
libro
hacía
semanas
a
la
editorial.
Hablé
con
mi
editora,
como
diciendo
que
el
libro
estaba
perdido
y
me
dijo
que
al
contrario,
que
vayamos
para
adelante.
Yo
quería
escuchar
eso.
No
me
hago
problema.
Lo
escribí
el
año
pasado
y
se
mandó
a
imprimir
en
junio.
Las
fechas
juegan
a
mi
favor.
Estoy
tranquilo.
Noticias:
¿Cómo
surgió
la
historia
de
este
candidato
a
presidente
Luis
Alberto
Camino?
Wainraich:
Me
bajó
la
idea
de
manera
muy
clara
y
me
di
cuenta
de
que
ahí
tenía
algo.
Pensé
en
si
hacía
bien
en
ponerme
a
escribir
sobre
un
candidato
presidencial
porque
empiezan
las
suspicacias
de
a
quién
le
escribo,
a
quién
le
pego,
para
quién
juego,
pero
tengo
50
años
y
me
importa
muy
poco
lo
que
digan.
No
de
rebelde
sino
de
despreocupado.
Y
la
semana
pasada
me
bajó
la
idea
de
la
segunda
parte
si
es
que
la
hago.
Entendí
que
me
surgió
un
personaje
muy
interesante
y
lo
comprobé
con
las
devoluciones
de
la
gente
que
lo
leyó.
Noticias:
Dicen
que
los
escritores
dejan
mucho
de
sí
en
sus
libros.
Wainraich:
El
personaje
está
bien
lejos
de
mí,
no
tiene
nada
que
ver
conmigo,
pero
hablo
tres
horas
por
día
por
radio
y
sí,
algo
de
mi
forma
de
escribir
coincide
con
mis
tiempos
al
hablar
y
mis
pausas,
pero
este
político
es
la
antítesis
mía.
Es
un
personaje
cínico,
despiadado.
No
es
tan
perverso,
pero
es
un
interesado
en
todo.
No
se
mueve
con
sentimientos
limpios.
Tal
vez
volqué
en
un
personaje
todo
lo
que
no
soy,
ni
podría
ser.
Noticias:
Triunfa
en
la
radio,
en
televisión
y
en
el
escenario
cuando
sale
de
gira
con
sus
obras.
¿La
escritura
es
ponerse
otro
nivel
de
desafío?
Wainraich:
Me
gusta
escribir.
No
hay
otra
explicación
racional.
Este
libro
lo
escribí
por
la
mañana,
después
de
llevar
a
los
chicos
al
colegio.
Me
iba
a
mi
oficina,
que
es
fundamental
porque
no
trabajo
en
mi
casa,
y
escribo.
Y
cuando
escribo
me
siento
pleno,
útil,
disfruto.
Y
qué
mejor
sentir
eso
cuando
uno
trabaja.
Debe
haber
una
cuota
importante
de
ego
de
querer
sentirse
reconocido.
El
ego
es
ciclotímico.
Por
un
lado
es
decir,
escúchenme,
léanme,
mírenme,
y
por
el
otro,
hay
una
autoestima
baja,
de
pedir
por
favor
que
me
lean,
que
me
escuchen.
De
no
pasar
desapercibido.
Noticias:
Su
impronta
de
antihéroe
y
de
eterno
perdedor
dista
mucho
de
su
presente.
¿Cuánto
hay
de
cierto
y
cuánto
de
personaje?
Wainraich:
No
hago
un
personaje
de
antihéroe
o
perdedor,
lo
que
pasa
es
que
en
la
televisión
habitan
personajes
todopoderosos
que
con
el
tiempo
los
ves
desaparecer.
Entonces
si
no
te
mostrás
como
yo,
sos
un
antihéroe
pero
en
realidad
me
siento
sincero
y
común.
Digo
lo
que
siento.
Ahora
estoy
en
El
Trece
conduciendo
un
programa,
pero
no
sé
si
el
lunes
próximo
estaré.
Cuando
arrancamos
con
“La
noche
perfecta”
el
programa
podría
haber
durado
un
mes
y
no
sería
tan
ilógico
en
nuestra
televisión.
Claro
que
esto
no
lo
hago
en
radio
porque
sé
que
el
año
que
viene
vuelvo
con
mi
programa
y
equipo.
Estoy
hace
17
años
en
radio,
sería
tonto
hacerme
el
que
dudo,
pero
en
la
tele
nadie
tiene
el
éxito
asegurado.
Noticias:
En
radio
trabajó
con
muchos
profesionales,
pero
podría
decirse
que
se
graduó
con
Fernando
Peña.
Wainraich:
La
verdad
que
sí.
Trabajar
todos
los
días
con
Peña
fue
como
ir
a
la
universidad.
Aprendía
todos
los
días,
un
genio
al
nivel
de
Charly
García
y
Maradona.
Vértigo
total.
Un
talento
insólito.
Lo
que
él
hacía
no
se
puede
hacer,
interrumpirse
entre
sus
propios
personajes.
Me
divertí
mucho,
disfruté
mucho
y
me
cansé
mucho
porque
era
muy
intenso.
Los
fines
de
semana
hacíamos
teatro,
sus
obras
eran
muy
largas,
solo
sabíamos
a
qué
hora
empezaban,
no
cuando
terminaban.
Duraban
cuatro
o
cinco
horas
y
al
que
se
iba
lo
puteaba.
Pero
quedaba
el
80
por
ciento
de
la
sala.
Sólo
él
podía
hacer
eso.
Noticias:
Quien
lo
sigue
lo
considera
un
amigo
y
los
humoristas
tienen
fama
de
serios
y
solitarios.
¿Cómo
maneja
la
energía
de
la
gente?
Wainraich:
Es
cierto,
por
momentos
soy
muy
solitario
y
callado.
Cuando
sos
un
gran
observador
de
la
vida
porque
hacés
humor
con
lo
que
ves,
hay
momentos
en
los
que
tenés
que
correrte
de
la
escena
y
solo
ver
y
escuchar.
Y
a
veces
chocás
con
quien
viene
con
buena
onda
a
saludarte.
Me
impresiona
la
diversidad
de
anécdotas
que
la
gente
tiene
conmigo
y
me
siento
un
poco
en
la
obligación
de
ser
empático
con
ese
relato.
Muchas
veces
me
sale
genuinamente
y
otras
la
careteo,
pero
porque
no
puedo
ser
descortés
con
quien
me
quiere
contar
algo
íntimo
suyo
en
lo
que
soy
protagonista.
La
gente
entrega
tanto
que
trato
de
responder
con
la
misma
sintonía.
Noticias:
¿Nunca
le
interesó
incursionar
en
el
fútbol,
como
dirigente
de
Atlanta,
por
ejemplo?
Wainraich:
No,
me
gusta
ser
hincha
y
me
gusta
ayudar
desde
el
lugar
que
tengo
en
los
medios.
No
me
siento
capacitado
para
ser
dirigente
y
mucho
menos
presidente.
No
tengo
esa
vocación.
Puteo
cuando
el
equipo
juega
mal,
me
pone
mal
la
poca
solidaridad
que
hay
entre
los
jugadores
y
me
pone
loco
la
lista
de
equipos
beneficiados
que
hay
en
el
torneo
argentino.
No
podría
ser
dirigente
porque
duraría
un
día.
Prefiero
ser
hincha
y
tener
la
ilusión
de
que
este
año
vamos
a
salir
campeones,
aunque
nunca
suceda.
Antes
de
la
pandemia,
Atlanta
iba
primero,
se
paró
todo,
apareció
la
cuarentena
eterna
y
cuando
regresó
el
campeonato
arrancó
todo
de
cero.
Fue
un
escándalo
y
nadie
dijo
nada.
Noticias:
A
sus
50
años
ya
pasó
por
varios
presidentes,
incluso
interpretó
a
uno
en
su
nuevo
libro.
¿Cómo
ve
el
presente?
Wainraich:
Este
presente
lo
veo
con
asombro.
Todos
los
temas
de
la
vida
yo
los
paso
a
la
ficción
y
me
digo
que
este
es
un
plantel
para
hacer
una
comedia
extraordinaria.
El
presidente
Javier
Milei,
la
vice
Victoria
Villarruel,
el
jefe
Karina
Milei
y
Adorni.
Los
pones
en
ficción
y
es
una
comedia
que
va
sola.
Desde
la
realidad,
todo
lo
que
es
economía
es
un
signo
de
pregunta
enorme
porque
no
sé
nada.
Sabíamos
que
todos
iban
a
hacer
un
ajuste,
pero
en
este
gobierno
están
orgullosos
del
ajuste
y
pareciera
que
se
burlan
de
ello.
No
me
resulta
simpático
lo
que
pasa
en
el
país.
Y
los
modos
que
tienen
mucho
menos.
En
la
primera
clase
de
teatro
te
enseñan
que
la
forma
es
el
contenido.
Me
parece
feo,
peligroso
y
puede
escalar.
Noticias:
¿Llevaría
al
presidente
a
su
programa
“La
noche
perfecta”?
Wainraich:
Sin
ningún
problema.
Prepararía
mucho
la
nota,
pero
igual
debería
estar
ahí
a
ver
qué
me
pasa.
Cuando
entrevistás
a
estas
personalidades,
hay
mucho
de
preparación
pero
también
mucho
de
cintura
del
momento.
Estudiaría
mucho
esa
nota.
Igual
no
me
siento
periodista,
hago
solo
entrevistas
desde
mi
lugar
de
humorista.