Pablo
Urdangarin
de
Borbón,
el
hijo
de
la
infanta
Cristina
e
Iñaki Urdangarin,
vive
una
vida
relajada,
tratando
de
alejarse
de
las
polémicas
mediáticas.
El
joven,
nacido
en
Barcelona,
decidió
volver
e
instalarse
en
la
ciudad
en
donde
creció
y
vivió
momentos
clave
de
su
infancia
junto
a
sus
padres
y
sus
hermanos.
A
pesar
de
haber
pasado
por
otras
ciudades
como
Washington
D.C.,
el
joven
decidió
regresar
tras
alcanzar
la
mayoría
de
edad,
reafirmando
su
vínculo
con
esta
emblemática
ciudad
catalana
que
tanto
lo
marcó
en
su
niñez.
Ahora,
con
24
años
y
una
carrera
en
ascenso
como
jugador
profesional
de
basquetbol,
Pablo
Urdangarin
continúa
escribiendo
su
historia
en
Barcelona,
instalado
en
el
exclusivo
barrio
de
Pedralbes,
una
zona
que
le
resulta
más
que
familiar.
Pedralbes
fue
el
barrio
donde
vivió
durante
años
junto
a
su
familia
en
una
lujosa
vivienda
que
se
volvió
famoso
por
ser
testigo
de
algunos
de
los
momentos
más
difíciles
de
los
Urdangarin.
Ahora,
el
joven
regresa
a
un
entorno
lleno
de
recuerdos,
pero
con
la
mirada
puesta
en
el
futuro.
El
nuevo
hogar
de
Pablo
cuenta
con
150
metros
cuadrados,
tres
dormitorios,
dos
baños,
una
amplia
cocina,
jardín
y
piscina.
Aunque
inicialmente
compartía
un
piso
con
dos
compañeros
de
equipo,
Artur
Parera
y
Roberto
Domenech,
ambos
se
trasladaron
a
otras
ciudades
tras
fichar
por
nuevos
equipos,
lo
que
llevó
al
joven
a
buscar
un
espacio
más
acorde
a
sus
necesidades
actuales.
El
básquet,
la
pasión
de
Pablo
Urdangarin
en
Barcelona
El
deporte
es
una
constante
en
la
vida
de
Pablo,
quien
siguió
los
pasos
de
su
padre,
Iñaki
Urdangarin,
como
jugador
de
basquetbol.
Actualmente,
el
joven forma
parte
del
Fraikin
BM
Granollers,
donde
demostró
un
compromiso
absoluto
con
su
carrera.
“He
aprendido
mucho
de
mi
padre,
de
querer
ser
el
mejor”,
comentó
Pablo
Urdangarin
en
una
entrevista
reciente
sobre
la
influencia
de
Iñaki
en
su
amor
y
dedicación
por
este
deporte.
La
estabilidad
en
su
vida
personal
y
profesional
parece
ser
la
clave
del
éxito
de
Pablo
Urdangarin,
quien,
a
pesar
de
los
constantes
focos
mediáticos,
sigue
apostando
por
mantener
un
perfil
discreto
al
igual
que
el
resto
de
sus
hermanos,
Juan,
Miguel
e
Irene
Urdangarin,
quienes
lograron
continuar
su
propio
camino
a
pesar
de
formar
parte
de
una
de
las
familias
más
buscadas
de
España
y
ser
sobrinos
del
rey
Felipe
VI.
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