El
buque
escuela
Juan
Sebastián
Elcano,
que
actualmente
transporta
a
la
princesa
Leonor
en
su
formación
militar,
no
solo
es
un
símbolo
de
la
tradición
marinera
española,
sino
también
un
protagonista
de
un
oscuro
episodio
de
tráfico
de
drogas
que
aún
resuena
en
la
memoria
pública.
La
travesía
de
Leonor,
que
incluye
el
paso
por
las
islas
Canarias
hasta
llegar
a
América,
reavivó
el
interés
en
los
antecedentes
de
esta
emblemática
embarcación
que
fue
construida
en
1927
y,
desde
entonces,
es
una
pieza
fundamental
en
la
formación
de
oficiales
de
la
Armada
Española.
En
su
historia
de
casi
un
siglo,
el
barco
recorrió
los
océanos
y
estuvo
en
más
de
71
países.
Ahora,
es
la
princesa
Leonor
quien
vive
la
experiencia
a
bordo
como
parte
de
su
instrucción
militar,
un
paso
que
marca
su
compromiso
con
el
rol
que
desempeñará
en
el
futuro.
El
escándalo
de
2014:
tráfico
de
drogas
a
bordo
Sin
embargo,
este
prestigioso
velero,
que
simboliza
el
orgullo
y
la
tradición,
también
carga
con
una
mancha
en
su
historial:
un
caso
de
tráfico
de
drogas
que
salió
a
la
luz
en
2014
que
conmocionó
a
España.
Durante
una
escala
en
Cartagena
de
Indias,
Colombia,
se
introdujeron
150
kilos
de
cocaína
a
bordo
del
buque,
con
el
objetivo
de
distribuir
la
droga
en
puertos
posteriores,
incluyendo
Nueva
York.
La
operación
fue
descubierta
gracias
a
la
intervención
de
la
DEA
(Administración
de
Control
de
Drogas
de
Estados
Unidos),
lo
que
derivó
en
la
detención
de
siete
miembros
de
la
tripulación,
entre
ellos
seis
militares
y
un
cocinero.
El
hallazgo
de
la
droga
en
un
compartimento
destinado
a
cables
y
velas
reveló
graves
fallos
en
las
medidas
de
seguridad
a
bordo.
Según
informes
de
la
época,
los
controles
para
los
tripulantes
que
subían
y
bajaban
en
los
puertos
eran
insuficientes,
lo
que
facilitó
el
ingreso
de
las
sustancias
ilegales
al
barco.
Aunque
las
investigaciones
se
extendieron
durante
cuatro
años,
los
responsables
intelectuales
del
delito
nunca
fueron
identificados
públicamente.
Los
detenidos,
en
cambio,
fueron
condenados
por
tráfico
de
cantidades
menores,
con
penas
que
no
superaron
los
tres
años
de
prisión.
El
escándalo
no
solo
impactó
la
reputación
del
buque,
sino
también
la
de
la
Armada
Española.
A
pesar
de
las
críticas,
el
entonces
comandante
del
Juan
Sebastián
Elcano,
Enrique
Torres
Piñeyro,
fue
ascendido
a
vicealmirante,
una
decisión
polémica
respaldada
por
la
ministra
de
Defensa
de
aquel
momento,
María
Dolores
de
Cospedal.
Desde
el
incidente,
las
medidas
de
seguridad
fueron
reforzadas
significativamente.
Hoy,
el
Juan
Sebastián
Elcano
navega
con
estrictos
protocolos,
lo
que
asegura
un
entorno
más
controlado
para
tripulantes
como
la
princesa
Leonor.
VO