Juan
Carlos
I,
el
rey
emérito
de
España,
vuelve
a
ser
el
centro
de
atención,
esta
vez
por
los
detalles
de
la
herencia
que
dejará
a
sus
hijas,
las
infantas
Elena
y
Cristina.
El
monarca
tiene
un
patrimonio
que
supera
los
2.000
millones
de
euros,
una
fortuna
que
se
dividirá
únicamente
entre
sus
dos
hijas
tras
la
renuncia
de
Felipe
VI
a
su
parte,
decisión
tomada
para
proteger
la
imagen
de
la
corona
en
medio
de
los
escándalos
que
han
marcado
los
últimos
años.
El
exmonarca,
quien
vive
en
Abu
Dabi
desde
hace
casi
cinco
años,
trabaja
para
asegurar
que
sus
hijas
reciban
su
herencia
sin
complicaciones
legales.
Una
de
las
medidas
más
comentadas
ha
sido
la
creación
de
una
fundación
en
los
Emiratos
Árabes
Unidos,
que
facilitaría
la
transferencia
de
su
fortuna
a
las
infantas,
evitando
que
el
dinero
pase
por
el
filtro
de
la
Hacienda
Pública
española.
En
el
caso
de
la
infanta
Cristina,
esta
planificación
se
simplifica
debido
a
su
residencia
oficial
en
Ginebra,
donde
pasa
la
mayor
parte
del
año.
Por
otro
lado,
la
infanta
Elena
tiene
un
testaferro
para
garantizar
la
discreción
de
las
operaciones.
Además,
su
hijo
Froilán,
quien
también
reside
en
Abu
Dabi,
se
perfila
como
otro
beneficiario
clave
de
este
complejo
esquema
patrimonial.
Una
mansión
de
ensueño
como
parte
de
la
herencia
de
Juan
Carlos
I
Entre
los
bienes
más
destacados
que
forman
parte
de
este
legado
está
la
mansión
en
la
que
Juan
Carlos
I
reside
actualmente.
Situada
en
la
exclusiva
isla
de
Nurai,
en
Abu
Dabi,
esta
propiedad
es
un
regalo
del
magnate
árabe
Mansour
bin
Zayed
Al
Nahyan,
propietario
del
Manchester
City.
Valuada
en
11
millones
de
euros,
esta
villa
representa
el
lujo
digno
de
un
rey.
Esta
propiedad
será
parte
del
patrimonio
que
las
infantas
heredarán.
La
mansión
cuenta
con
seis
habitaciones
con
baño
privado,
además
de
un
baño
adicional
para
invitados.
También
incluye
una
playa
privada,
una
piscina
infinita
y
espacios
de
entretenimiento
como
una
sala
de
cine
con
capacidad
para
18
personas,
una
bodega,
una
mesa
de
billar
y
otros
entretenimientos.
Sus
amplios
ventanales
ofrecen
vistas
espectaculares,
y
la
casa
está
diseñada
para
ser
funcional
y
cómoda,
considerando
los
problemas
de
movilidad
del
emérito.
En
la
mansión,
Juan
Carlos
I
está
acompañado
por
un
equipo
de
servicio
compuesto
por
tres
ayudantes
de
cámara
y
cuatro
escoltas
que
se
turnan
cada
15
días.
Además,
recibe
visitas
regulares
de
su
médico
de
confianza,
el
doctor
Manuel
Sánchez,
así
como
de
un
fisioterapeuta
y
un
entrenador
personal
que
lo
ayudan
a
mantenerse
activo.