Mientras
la
Familia
Real
española
intenta
mantener
una
imagen
de
modernidad,
las
tensiones
familiares
continúan
saliendo
a
la
luz,
especialmente
en
torno
a
Juan
Urdangarin,
hijo
mayor
de
la
infanta
Cristina
e
Iñaki
Urdangarin.
En
las
pasadas
fiestas
navideñas,
el
joven
de
25
años
protagonizó
una
situación
que
ha
dado
mucho
de
qué
hablar:
la
ausencia
de
su
pareja,
un
joven
británico,
con
quien
oficializó
su
relación
hace
poco
tiempo.
Según
diversas
fuentes,
el
desencuentro
con
su
padre,
Iñaki
Urdangarin,
habría
sido
clave
en
esta
ausencia
que
ahora
comenzó
a
salpicar
a
Zarzuela.
El
nuevo
romance
de
Juan
Urdangarin,
en
la
mira
Juan
Urdangarin
es
el
primer
miembro
del
entorno
Borbón
abiertamente
relacionado
con
el
colectivo
LGTBI+,
algo
que
fue
recibido
con
admiración
por
sectores
progresistas.
Durante
un
acto
público
en
Cataluña
el
pasado
diciembre,
Juan
apareció
acompañado
de
su
supuesto
novio,
un
joven
británico
que
se
integró
al
círculo
familiar
sin
problema
aparente.
La
infanta
Cristina,
madre
de
Juan,
fue
fotografiada
junto
a
sus
tres
hijos
y
sus
respectivas
parejas,
mostrando
una
imagen
de
inclusión
que
muchos
aplaudieron
como
un
avance
para
una
familia
con
fuerte
tradición
conservadora.
Sin
embargo,
las
tensiones
surgieron
durante
las
celebraciones
navideñas
en
el
País
Vasco,
donde
Juan
fue
fotografiado
con
su
padre
y
Ainhoa
Armentia,
actual
pareja
de
Iñaki
Urdangarin,
pero
sin
la
presencia
de
su
compañero.
Esto
generó
especulaciones
sobre
una
posible
resistencia
de
Iñaki
a
aceptar
la
relación
de
su
hijo.
El
exduque
de
Palma,
conocido
por
su
formación
tradicional,
viene
de
un
entorno
católico
y
de
valores
clásicos.
Desde
su
separación
de
la
infanta
Cristina,
tras
el
escándalo
de
sus
infidelidades
con
Ainhoa
Armentia,
su
imagen
pública
cambió
drásticamente,
pero
su
visión
sobre
temas
como
la
diversidad
parece
seguir
anclada
en
el
pasado.
La
ausencia
del
novio
de
Juan
en
las
reuniones
familiares
podría
deberse,
según
fuentes
cercanas,
a
la
negativa
de
Iñaki
de
permitir
su
presencia
en
un
contexto
tan
íntimo.
En
contraste,
la
infanta
Cristina
dejó
ver
una
postura
mucho
más
abierta
hacia
la
relación
de
su
hijo
mayor.
Su
actitud
en
actos
públicos
con
Juan
y
su
pareja
sugiere
un
esfuerzo
por
normalizar
la
situación
y
mostrar
apoyo
a
la
vida
personal
de
su
hijo.
La
realidad
de
tener
un
miembro
del
colectivo
LGTBI+
entre
los
descendientes
Borbón
representa
un
desafío
para
una
monarquía
que
intenta
mantenerse
relevante
en
pleno
siglo
XXI.
A
esto
se
suma
el
constante
escrutinio
mediático
que
enfrenta
la
familia,
agravado
por
las
tensiones
internas.