
La
infanta
Elena,
hija
mayor
del
rey
emérito
Juan
Carlos
I,
es
dueña
de
una
imponente
propiedad
en
el
corazón
de
Madrid
que
combina
elegancia,
comodidad
y
seguridad.
Situada
en
el
céntrico
barrio
del
Niño
Jesús,
esta
vivienda
de
más
de
500
metros
cuadrados
fue
un
generoso
regalo
de
su
padre
tras
su
divorcio
de
Jaime
de
Marichalar
en
2009.
El
exclusivo
piso,
valorado
en
más
de
dos
millones
de
euros,
está
ubicado
en
un
edificio
construido
en
1978
y
cumple
con
los
estándares
más
altos
de
lujo
y
privacidad.
Con
solo
dos
vecinos
por
planta,
el
espacio
ofrece
una
tranquilidad
inigualable
en
una
de
las
zonas
más
codiciadas
de
la
ciudad.
El
exclusivo
piso
de
la
infanta
Elena
en
Madrid
La
residencia
cuenta
con
cinco
amplios
dormitorios,
cuatro
baños,
una
cocina
completamente
equipada,
un
salón
espacioso
y
una
zona
destinada
al
servicio.
Los
ventanales
de
pared
a
pared
permiten
que
la
luz
natural
inunde
cada
rincón,
haciendo
del
piso
un
lugar
cálido
y
luminoso.
Además,
los
residentes
tienen
acceso
a
una
piscina
comunitaria,
jardines,
un
garaje
privado
y
la
comodidad
de
un
portero
físico.
La
hermana
del
rey
Felipe
VI
vive
en
esta
propiedad
desde
hace
15
años,
aunque
tuvo
que
mudarse
temporalmente
durante
2021
debido
a
unas
importantes
reformas
que
realizó
en
el
piso.
Estas
adaptaciones
no
solo
resolvieron
problemas
de
humedad,
sino
que
también
se
diseñaron
para
facilitar
el
acceso
a
personas
con
movilidad
reducida,
pensando
en
la
posibilidad
de
que
su
padre,
el
rey
emérito,
pudiera
vivir
allí
en
el
futuro.
A
pesar
de
su
comodidad,
la
infanta
Elena
suele
pasar
muchos
días
sola,
acompañada
únicamente
por
su
personal
de
servicio
y
su
fiel
perro.
Aunque
comparte
el
piso
con
su
hija
Victoria
Federica,
esta
alterna
su
tiempo
entre
la
casa
materna
y
sus
compromisos
sociales
como
influencer.
El
legado
inmobiliario
de
la
infanta
Elena
El
patrimonio
de
la
infanta
Elena
no
se
limita
a
este
lujoso
piso.
Su
exesposo,
Jaime
de
Marichalar,
también
posee
un
tríplex
en
el
prestigioso
barrio
de
Salamanca,
una
herencia
que
seguramente
recaerá
en
sus
hijos,
Victoria
Federica
y
Froilán,
consolidando
su
fortuna.
Mientras
tanto,
la
infanta
Elena
sigue
disfrutando
de
su
exclusivo
refugio
en
el
Niño
Jesús,
un
lugar
que
refleja
tanto
su
estatus
como
su
deseo
de
mantener
una
vida
discreta
dentro
de
las
posibilidades
que
su
apellido
permite.
Este
imponente
búnker,
como
muchos
lo
llaman,
es
un
símbolo
de
la
combinación
entre
tradición
y
lujo.
VO