
Disney
todos
los
veranos
sorprende
con
un
show
de
alta
calidad.
Ahora
llega
Disney
en
Concierto:
Un
recorrido
sinfónico,
que
se
va
a
presentar
los
días
7
y
16
de
febrero
con
una
única
función
y
los
días
8,
9,
11,
12,
13,
14
y
15
de
febrero
con
dos
funciones
diarias.
El
espectáculo
se
da
bajo
la
dirección
de
los
maestros
Ezequiel
Silberstein
(del
7
al
9
de
febrero)
y
Tomás
Mayer-Wolf
(del
11
al
16
de
febrero).
Es
Mayer-Wolf
quien
dialogó
con
PERFIL
y
confiesa:
“Soy
un
fanático,
fan
de
Disney
como
muchas
personas.
Disney
va
marcando,
por
lo
menos
en
la
vida,
momentos
de
mi
vida.
El
primer
recuerdo
que
tengo
de
películas
de
Disney
cuando
era
chico
se
da
a
los
cincos
años,
la
primera
película
que
ví
fue
La
dama
y
el
vagabundo,
siguió
acompañandome
en
toda
la
nueva
etapa
de
Disney,
la
de
los
años
90,
de
La
Sirenita
y
de
El
Rey
León.
En
ese
momento
la
música
ya
tenía
más
injerencia
en
mi
vida
y
empecé
a
meterme
más
en
el
universo
Disney
y
en
la
maravillosa
música
que
tiene.
Todas
estas
canciones
y
estas
bandas
de
sonido
fueron
marcándome
no
solamente
en
mi
infancia
y
en
todo
lo
que
siguió
sino
también
en
mi
vida
musical”.
Y
suma:
“Empecé
a
ser
muy
fan
de
los
nombres
detrás
de
escena,
de
los
creadores,
de
Alan
Menken
y
otros
nombres
que
tuvo
Disney
en
todos
esos
años.
Menken
no
es
solo
uno
de
mis
compositores
favoritos
de
Disney
si
no
de
todos
los
compositores.
Es
un
compositor
que
lo
veo
meterse
en
el
corazón
de
tantas
personas
con
sus
melodías
reconocibles
y
populares,
componiendo
tantos
hits
y
tantas
melodías
iconicas
que
la
mayoría
de
la
gente
no
saben
que
son
de
él.
Digo,
La
bella
y
la
bestia,
Aladdin,
La
Sirenita.
Las
canciones
más
reconocibles
de
Disney
las
compusó
él.
En
toda
esa
época
de
los
90,
los
2000,
que
empieza
a
marcar
mi
vida
musical
por
Alan
Menken
y
toda
su
música.
Toda
esta
nueva
etapa
donde
Lin-Manuel
Miranda,
que
es
un
genio
también,
empieza
a
tener
más
participación.
Creo
que
en
todo
el
recorrido
me
fui
enganchando
mucho
con
los
compositores,
con
los
letristas
(como
Stephen
Schwartz).
Menken
definitivamente
es
uno
de
mis
compositores
favoritos
en
la
historia”.
—Más
allá
de
las
canciones
que
han
marcado
épocas
y
momentos,
hay
algo
también
casi
paradigmático
en
la
forma
en
que
Disney
creó
sus
bandas
de
sonidos.
Ahora
con
tu
cariño
y
conocimiento,
¿qué
pensás
de
eso?
—Considerando
los
grandes
nombres
personales,
se
logró
generar
algo
muy
diferente,
que
son
los
sonidos
Disney.
Las
partituras,
las
orquestaciones
y
otras
cosas
que
uno
escucha
y
piensa:
“Esto
es
muy
Disney”.
Sonido
muy
positivo,
muy
característico,
muy
de
orquesta,
muy
con
arreglos:
llevan
a
un
uso
de
la
orquesta
muy
icónica
que
tiene
Disney.
No
solamente
de
las
melodías,
de
las
canciones,
y
además
de
los
leitmotiv.
Las
melodías
que
son
muy
reconocibles.
A
lo
largo
de
toda
la
historia,
desde
los
principios
incluso
hasta
que
fue
sumando
más
canciones,
logró
generar
eso:
una
identidad
muy
propia
de
Disney
no
solamente
en
sus
orquestraciones
si
no
también
en
sus
canciones,
y
en
todos
estos
motivos
melódicos
y
orquestales.
Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios
El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.
—¿Hay
algún
momento
particular
de
la
historia
en
el
cine
de
Disney
que
te
conmueva?
—De
las
canciones,
de
Aladdin,
de
El
Jorobado
de
Notre
Dame,
que
tiene
una
música
fantástica,
de
La
bella
y
la
bestia,
en
los
momentos
más
de
comedia
y
de
drama,
El
Rey
León,
que
es
una
maravilla
a
nivel
musical
y
a
nivel
melodico
(Hans
Zimmer
logró
en
esta
banda
de
sonido
una
textura
y
un
color
que
pocas
películas
tienen,
un
componente
de
la
identidad
africana
que
es
impresionante:
a
mí
me
conmueve
mucho).
Lo
actual
también:
Moana,
Encanto,
de
la
camada
de
Lin-Manuel.
Hoy
estabamos
ensayando
una
canción
de
Encanto,
y
estabámos
todos
al
borde
de
las
lágrimas.
Es
muy
impresionante
lo
que
genera
escuchar
esas
melodías
y
esas
texturas.
—¿Cómo
se
vive
esa
emoción
en
los
ensayos?
—Es
un
gran
desafío
lograr
lo
que
esas
películas
pueden
generar.
Un
espectáculo
que
reúne
todas
estas
canciones
y
lo
que
evocan
es
un
gran
desafío,
un
gran
desafío
poder
llevarlo
al
escenario
y
que
la
gente
pueda
disfrutar
todo
esto.
La
verdad
que
el
recorrido
que
hacemos
en
este
espectáculo
es
muy
grande.
Abarcamos
justamente
música
de
los
momentos
más
icónicos,
de
los
más
memorables.
Pasamos
por
Aladdin,
pasamos
por
Moana,
por
Encanto,
por
El
Rey
León,
por
Frozen
y
por
muchos
más.
Son
canciones
muy
metidas
en
el
universo
de
la
gente,
de
lo
que
ha
sido
popular
en
los
últimos
años.
Por
supuesto,
que
tenemos
un
elenco
maravilloso,
que
con
tanto
ensayo
como
estamos
teniendo
estamos
llegando
a
un
show
que
va
a
ser
muy
lindo.
—¿Qué
sentís
implican
estos
cruces
entre
el
Colón
y
la
música
de
Disney,
considerando
que
no
es
el
primero?
—Se
unen
dos
universos
muy
icónicos
en
nuestra
cultura.
Disney
a
nivel
mundial,
lo
que
implica
Disney
no
hay
que
explicarlo.
Los
espectáculos
de
Disney
se
asocian
con
el
Colón,
el
universo
del
Teatro
Colón,
que
es
uno
de
los
teatros
más
maravillosos
del
mundo.
Acercar
el
mundo
del
Disney
al
Colón,
siempre
más
vínculado
a
una
música
académica,
a
una
música
clásica,
para
mí
es
maravilloso.
Poder
representar
estos
espectáculos
tan
imponentes
en
un
teatro
tan
clásico
como
el
Colón,
realmente
une
dos
grandes
mundos.
Los
espectáculos
de
los
últimos
años
se
dieron
festejando
los
cien
años
de
la
compañía,
o
celebrando
puntualmente
sonidos
de
Pixar.
Ahora
generamos
un
recorrido,
como
el
título
lo
indica,
y
el
Colón
ayuda
al
ser
tan
imponente
y
espectacular
a
generar
un
gran
y
bienvenido
contexto.
—¿Qué
implica
la
palabra
“recorrido”
en
este
espectáculo”?
—El
espectáculo
está
cerca
de
lo
que
vienen
siendo
los
espectáculos
de
Disney
en
el
Colón.
Con
una
pantalla
gigante,
con
un
elenco
de
más
de
veinte
artistas
en
escena,
entre
cantantes
y
bailarines,
más
la
Orquesta
Académica
Estable
del
Colón,
más
de
sesenta
músicos.
Entre
lo
artístico
y
la
pantalla
hay
una
gran
energía.
En
este
espectáculo
puntual
recorremos
varias
películas
de
Disney,
no
en
orden
cronológico.
Son
películas
que
tienen
muchas
capas,
que
son
apreciadas
por
niños
y
por
adultos,
que
las
han
visto
cuando
se
entrenaron
en
otro
momento.
Este
es
el
recorrido,
el
nuestro
y
el
generacional.
Ahí
están
Frozen,
Moana,
y
otras.
Tenemos
una
sorpresita
de
90
minutos
con
un
enganchado
de
varios
títulos
clásicos.
Es
lindo
llevar
a
diferentes
generaciones
a
todas
las
películas
que
han
disfrutado
a
lo
largo
de
su
vida
y
que
les
han
generado
muchos
recuerdos.