El problema de salud que aqueja a Juan Carlos I

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Desde
su
exilio
en
Abu
Dabi,
donde
reside
desde
hace
cuatro
años,


Juan
Carlos
I

enfrenta
uno
de
los
momentos
más
duros
de
su
vida.

A
sus
87
años,


el
padre
de
Felipe
VI

vive
rodeado
de
lujos
en
una
residencia
de
3.500
metros
cuadrados,

pero
ni
la
comodidad
ni
los
privilegios
pueden
calmar
la
angustia
que
lo
atormenta
cada
noche:
el
miedo
a
la
muerte.

El
exmonarca
siempre
fue
un
hombre
de
carácter
fuerte,
acostumbrado
a
desafiar
adversidades
y
a
imponerse
en
cualquier
situación.
Sin
embargo,

los
problemas
de
salud
lo
llevaron
a
estar
en
un
estado
de
vulnerabilidad
inédito.

En
los
últimos
meses,
según
fuentes
cercanas,


Juan
Carlos
I

sufre
pesadillas
recurrentes
en
las
que
enfrenta
su
propio
final
.
Se
despierta
empapado
en
sudor
y
con
una
angustia
palpable.


El
pánico
a
morir
solo
lo
persigue.

Consciente
de
que
su
estado
físico
se
deteriora
día
a
día,
solicitó
la
presencia
diaria
de
un
confesor,

buscando
consuelo
en
la
religión
y
tratando
de
encontrar
paz
en
su
conciencia.

Este
ritual,
que
antes
era
esporádico,
se
ha
convertido
en
una
costumbre
inquebrantable
para
el
emérito.

Juan Carlos I

Un
diagnóstico
que
atormenta
a
Juan
Carlos
I

Las
últimas
revisiones
médicas
fueron
contundentes
para

Juan
Carlos
I:


su
movilidad
se
encuentra
gravemente
comprometida
y
la
posibilidad
de
terminar
en
una
silla
de
ruedas
es
inminente
.
A
pesar
de
haberse
sometido
a
tratamientos
innovadores
con
células
madre
y
plaquetas,
la
ciencia
ya
no
puede
frenar
el
deterioro.



El
rey
emérito
,
quien
siempre
se
enorgulleció
de
su
vitalidad,
ahora
se
enfrenta
a
la
que
considera
su
mayor
humillación:

depender
de
otros
para
su
movilidad
.
Este
diagnóstico
lo
tiene
muy
triste
y
aislado.

Ya
no
sale
de
su
habitación
con
la
misma
frecuencia
y
evita
distracciones
.
La
infanta
Elena,
su
hija
más
cercana,
es
quien
más
lo
visita,
pero
ni
siquiera
su
compañía
parece
aliviar
la
angustia
del
exmonarca.



Juan
Carlos
I

viene
expresando
sus
ganas
de
regresar
a
España.

No
quiere
que
su
historia
termine
en
un
país
extranjero,
lejos
de
su
familia
y
de
la
tierra
que
gobernó
por
décadas
.
Sin
embargo,

Felipe
VI
dejó
en
claro
que
su
regreso
es
inviable
.
La
Corona
no
puede
permitirse
una
crisis
mediática
provocada
por
su
presencia,
y
la
imagen
de
la
monarquía
se
vería
nuevamente
expuesta
a
críticas
y
controversias.

Letizia Ortiz, Juan Carlos I y Felipe VI

Esta
situación
pone
al
emérito
en
una
incertidumbre
insoportable.
No
sabe
si
su
muerte
provocará
una
repatriación
inmediata
o
si
su
funeral
será
un
evento
de
Estado.
Lo
único
claro
es
que
cada
día
que
pasa,
su
miedo
a
morir
solo
y
lejos
de
casa
crece,
convirtiéndose
en
su
peor
pesadilla.

VO