¡Dejá
de
domir,
Zito!
La
voz
de
Carencia
de
Fuentes,
mi
mujer,
son
como
un
trueno
que
rebota
en
las
sierras
y
produce
un
eco
sin
fin
en
mis
tímpanos
de
mono
viejo.
ZITO,
ZIto,
Zito,
zito,
to,
o,
o,
o,o.
Es
que
esto
de
despertarse
temprano
no
es
para
mí,
que
además
de
viejo,
soy
medio
hippie.
Ustedes
habrán
visto
la
foto
de
perfil.
Soy
un
mono
hippie,
rasta,
vago
y
querendón.
Soy
el
personaje
ideal
de
un
tema
de
Kapanga
o
de
ese
tipo
de
banda
rollinga
cuyos
temas
versan
de
la
calidad
de
los
panchos,
tomar
cerveza
y
dormir
medio
escabio
en
los
yuyos
de
un
baldío.
La
cosa
es
que
Carencia
me
despertó
porque
tenía
una
llamada
urgente
de
mi
amigo
Lumumba
que
me
activó
los
chacras
para
una
nueva
misión.
Después
de
lo
que
pasó
en
los
premios
Carlos
y
del
desaire
que
me
hicieron,
yo
busque
revancha
con
la
creación
de
mis
propias
preseas
:
los
PremieZITOS.
(Posta,
le
di
suerte
a
Letona
que
ganó
un
Carlos
no
sé
porqué
ni
de
qué).
La
misión
que
me
encomendó
Lumi
fue
ensalzar
la
figura
de
Flavio
Mendoza,
otro
de
los
creadores
del
espectáculo
de
Carlos
Paz
que
fue
ninguneado
por
el
jurado
de
los
Carlos.
A
mi
juego
me
llamaron,
me
dije
a
mi
mismo
porque
yo
hablo
mucho
conmigo
mismo
y
en
voz
alta.
En
la
mayoría
de
los
casos
me
bardeo
pero
también
soy
bueno
para
alabarme,
hablar
de
mí
en
primera
persona
y
decir
que
soy
groso,
groso,
groso.
Alabate
cola
que
no
hay
quien
te
ola;
me
suele
decir
Carencia,
toda
una
poetiza
de
grueso
calibre.
Lo
primero
que
hice
fue
elaborar
un
proyecto
de
ordenanza
para
presentar
al
Concejo
de
Representantes
conducido
por
la
mujer
más
bella
y
elegante
de
la
faz
de
la
tierra
regional:
todo
un
monumento
de
mujer
que
si
no
fuera
porque
Carencia
está
mirando
lo
que
escribo
….
(Este
blanco
es
porque
pasaron
varios
días)
Vuelvo
a
escribir
cinco
días
después
del
párrafo
anterior.
Tuve
que
interrumpir
mi
relato
por
razones
de
fuerza
mayor.
Fuerza
mayor
tienen
las
manos
pesadas
de
mi
Carencia
que
si
hay
algo
de
lo
que
no
carece
es
de
enjundia
a
la
hora
de
sacudirme
reveses
a
lo
Del
Potro.
El
proyecto
de
ordenanza
dirá
lo
siguiente.
EL
CONCEJO
DE
REPRESENTANTES
SANCIONA
CON
FUERZA
DEL
CIELO
Y
DE
LEY
Considerando
que
Flavio
Mendoza,
mayúsculo
artista,
coreógrafo,
productor,
padre
de
D.
(
a
los
chicos
no
hay
que
nombrarlos
ni
en
joda),
es
quien
le
dio
un
verdadero
empuje
a
la
PLAZA
TEATRAL
de
esta
ciudad
denominada
hasta
ahora
Carlos
Paz,
nos
apetece
que
ahora
comience
a
llamarse
como
verdaderamente
debería
ser
y
no
como
antes.
Que
la
sociedad
de
esta
villa
ha
observado
con
asombro
y
alegría
la
espectacular
saga
de
Stravaganza,
Mahatma,
y
la
madre
en
coche,
que
le
dieron
vida
a
una
cartelera
teatral
que
antes
se
basaba
en
un
par
de
cortinas,
purpurina
y
dos
luces
acomodadas
en
las
esquinas
con
bordes
de
papel
celofán
para
darles
color;
lo
mismo
que
antes:
o
sea,
hay
que
cambiarle
el
nombre
a
la
ciudad.
Que
la
idea
del
ya
pasado
a
otro
plano
Comandante
Fort
era
colocar
un
cartel
con
el
nombre
de
la
ciudad
en
las
colinas
que
la
circundan
era
IMPRESIONANTEMENTE
BUENA,
creemos
que
hay
que
hacerlo
y
ponerlo
(al
cartel)
con
el
nuevo
nombre
de
la
ciudad.
Que
el
idioma
carlospacense
no
tiene
identidad
porque
se
parece
a
un
porteño
que
se
juntó
con
una
santafesina
prima
de
un
chaqueño
que
alguna
vez
fue
a
Córdoba.
Por
eso,
de
ahora
en
más,
la
tonada
cordobesa
será
obligatoria
agregándole
la
z
a
todas
las
eses
para
quedar
acorde
al
lenguaje
glamoroso
de
nuestro
Flavio.
RESUELVE
Artículo
UNO:
Denominar
a
la
ciudad
hasta
ahora
llamada
de
una
forma
con
el
nombre
de
FLAVIO
PAZ,
en
honor
a
quien
verdaderamente
fundó
la
plaza
TEATRAL
de
la
Villa
y
de
este
modo
creo
una
nueva
ciudad
con
el
asentamiento
de
hoteles
de
Categoría
no
como
antes.
ARTICULO
DOS:
Mandar
a
hacer
el
cartel
de
FLAVIO
PAZ
para
poner
en
la
montaña
con
la
plata
que
se
recauda
para
eso,
para
pagar
la
expropiación
de
los
lotes
esos
que
no
sé
que
se
hace
con
eso,
pero
bue.
ARTICULO
TRES:
Todos
los
Flaviopacenses
deben
ser
hinchas
de
Talleres,
sin
excepción.
(esto
me
lo
mandó
a
poner
mi
jefe).
ARTICULO
CUATRO:
DE
FORMA
o
algo
así.
Lo
llamé
a
Superedil,
que
ya
no
es
más
concejal
pero
es
mi
amigo,
para
que
mande
esto
porque
a
mí
Carencia
no
me
deja
salir
hasta
nuevo
aviso.
Espero
que
prospere
y
que
vivamos
en
una
ciudad
con
glamour,
hoteles
cinco
estrellas,
limusinas
largas
de
hasta
una
cuadra,
purpurina
libre
y
Good
Show.
Nota
del
editor:
Esto
es
una
columna
de
humor,
señora.