La experiencia de los voluntarios que cuidan a los menores en los controles de alcoholemia

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El
consumo
de
alcohol
en
menores
de
edad
sigue
siendo
un
problema
serio,
especialmente
en
eventos
como
el
Último
Primer
Día
(UPD),
donde
los
adolescentes
celebran
el
inicio
de
su
último
año
escolar
con
reuniones
y
fiestas.
En
este
contexto,
la
organización
Misión
Joven
Carlos
Paz
lleva
adelante
el
programa
Lifeguard,
un
servicio
de
asistencia
y
contención
para
adolescentes
menores
de
edad
en
estado
de
ebriedad
a
la
salida
de
los
boliches.

En
una
entrevista
con
el
móvil
de
Canal
2
Carlos
Paz
Televisión,
Ricardo
Villaverde
y
Noe
Márquez,
integrantes
de
Misión
Joven,
explicaron
el
impacto
de
esta
labor
y
la
difícil
realidad
que
enfrentan.
“Hace
7
años
que
hacemos
esta
tarea.
Y
Lifeguard
ahora
también,
8
o
9
años
que
va
Lifeguard.
Misión
Joven
tiene
más
de
25
años”,
comentó
Villaverde,
remarcando
la
trayectoria
del
grupo
en
la
ciudad.

El
programa
trabaja
en
conjunto
con
la
Casa
de
la
Juventud
y
Seguridad
Urbana,
que
los
convoca
para
asistir
a
los
jóvenes
menores
de
edad
en
situaciones
de
vulnerabilidad.
“Ellos
hacían
este
control
por
medio
de
Seguridad
VCP
y
demás
y
extienden
la
invitación
a
Misión
Joven
para
que
pudiera
ir
con
la
herramienta
de
Lifeguard
a
hacer
la
contención
afuera
de
los
boliches
en
las
despedidas
de
curso
o
en
este
Ultimo
Primer
Día”,
explicó
Márquez.

Cabe
recordar
que
en
la
madrugada
del
lunes
pasado,
el
último
operativo
en
el
UPD,
la
situación
que
se
vivió
fue
particularmente
grave
con
seis
chicos
internados
en
el
hospital
municipal.
“Nosotros
calculamos
que
la
situación
iba
a
ser
un
poquito
más
desbordante
que
otras
veces
porque
los
chicos
ya
están
desde
antes
de
ingresar
a
las
discos
tomando,
tomando,
tomando,
y
esa
fue
la
consecuencia
de
que
llegaron
en
muy
mal
estado
en
la
madrufada
del
lunes”,
afirmó
Márquez.

Villaverde
describió
el
impacto
que
tuvo
para
él
presenciar
el
estado
de
los
jóvenes
esa
noche.
“Ver
a
los
jóvenes
en
ese
estado
sinceramente
es
muy
triste
y
es
un
golpe.
Yo
lo
tomé
como
un
golpe
duro.
Como
sociedad
ver
jóvenes
así
en
ese
estado
me
dolió,
porque
son
vecinos,
son
amigos,
son
conocidos,
son
hijos
de
amigos”.


Hay
equipo

El
equipo
de
Lifeguard
no
solo
asiste
a
los
jóvenes,
sino
que
también
se
encarga
de
contactarse
con
sus
familias.
“Nosotros
lo
que
podemos
hacer
es
separarlos
y
poder
hablarlos,
poder
hidratarlos,
sacarles
los
datos,
porque
muchas
veces
nos
pasa
que
no
nos
quieren
dar
el
número
del
padre
o
el
de
la
madre.
Entonces
tratamos
de
poder
sacar
esos
datos
y
poder
contactar
a
los
padres
para
que
los
vengan
a
retirar
y
no
dejarlos
que
queden
ahí,
porque
quedan
solos”,
detalló
Márquez.

Una
de
las
realidades
más
alarmantes
que
enfrentan
es
la
vulnerabilidad
de
las
adolescentes.
“En
este
caso
de
los
enfermados
fueron
5
mujeres
y
un
varón”,
informaron.
“Ha
habido
casos
donde
había
chicos
que
tenían
señales
de
que
habían
sufrido
abusos
en
la
previa.
Entonces
llegan
en
una
total
vulnerabilidad
a
la
puerta
del
boliche
ya.
No
es
que
eso
suceda
ahí,
sino
que
ellos
ya
llegan
en
ese
estado”.

Actualmente,
Lifeguard
cuenta
con
alrededor
de
60
jóvenes
voluntarios,
todos
mayores
de
edad,
que
se
organizan
en
turnos
rotativos.
“Incluso
se
van
rotando
también
por
disposición
horaria,
porque
en
este
caso
fue
un
domingo,
al
día
siguiente
la
mayoría
trabaja.
Cuando
son
las
despedidas
son
los
días
jueves,
entonces
el
viernes
todos
trabajan”,
explicó
Villaverde.

Más
allá
de
la
asistencia
inmediata,
los
integrantes
de
Misión
Joven
enfatizan
en
la
necesidad
de
generar
conciencia
para
prevenir
estos
excesos
en
el
futuro.

 

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