Los mitos y verdades sobre la relación de Grace Kelly y el príncipe Rainiero

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El
18
de
abril
de
1956,
el
mundo
presenciaba
lo
que
parecía
ser
el
cuento
de
hadas
perfecto:

la
boda
entre

Grace
Kelly
y
el
príncipe
Rainiero
de
Mónaco
.

Con
una
carrera
en
la
cumbre
de
Hollywood
y
una
belleza
etérea
que
la
convertía
en
un
icono
de
la
elegancia,
la
actriz
estadounidense
dejaba
el
cine
para
convertirse
en
princesa.

Sin
embargo,
detrás
del
esplendor
de
la
ceremonia
y
la
vida
de
la
realeza,
se
escondía
una
historia
de
sacrificios,
infidelidades
y
tensiones
familiares
que
marcarían
el
resto
de
su
vida:
la
exigencia
de
una
dote
millonaria,
la
renuncia
a
su
exitosa
carrera
y
la
constante
vigilancia
de
la
prensa
hicieron
que


su
llegada
a
Mónaco

no
fuera
tan
placentera
como
había
imaginado.

El casamiento, en abril de 1956, de Rainiero y Grace Kelly

Por
qué
el
matrimonio
de
Grace
Kelly
y
Rainiero
estuvo
cargado
de
conflictos

El
matrimonio
entre
la
estrella
y
el
príncipe
estuvo
plagado
de
conflicto
desde
sus
inicios.
Para
empezar,
su
suegra,

la
princesa
Carlota,
nunca
aceptó
del
todo
a
la
estrella
de
Hollywood,
considerándola
una
extranjera
sin
raíces
nobiliarias
.

En
sintonía
con
esto,

la
relación
con
su
cuñada,
la
princesa
Antonieta,
también
estuvo
marcada
por
la
hostilidad.

En
un
ambiente
sofocante
y
bajo
la
estricta
etiqueta
de
la
realeza,


Grace

pronto
descubrió
que
había
cambiado
la
presión
de
los
estudios
de
cine
por
las
exigencias
del
protocolo
monárquico.


El
abandono
de
su
carrera
cinematográfica
fue
una
de
las
decisiones
más
difíciles
que
tomó.
Como

musa
de
Alfred
Hitchcock
,
había
brillado
en
clásicos
como “La
ventana
indiscreta”
y “Crimen
perfecto”.

El
director
británico
intentó
recuperarla
en
1962
para
el
papel
protagónico
de “Marnie”,
pero
Rainiero
y
la
opinión
pública
de
Mónaco
la
presionaron
para
que
se
negara.

“Echo
de
menos
actuar”,
confesó
en
una
entrevista
en
1964
.
Sin
embargo,
las
pocas
oportunidades
que
tuvo
para
expresarse
artísticamente
fueron
minimizadas
o
ignoradas
por
su
esposo,
quien
incluso
prohibió
la
emisión
de
sus
películas
en
el
principado.

Infidelidades
y
desencanto


La
relación
con
Rainiero
tampoco
fue
el
idilio
que
el
mundo
imaginaba.
A
menos
de
un
mes
de
la
boda,
el
príncipe
ya
había
sido
vinculado
sentimentalmente
con
otras
mujeres
.
Lejos
de
ser
ajena
a
esta
situación,
Grace
era
consciente
de
los
engaños
de
su
esposo,
lo
que
la
sumió
en
una
profunda
tristeza.
En
respuesta,
se
dice
que
encontró
consuelo
en
viejas
relaciones
como
las
que
había
tenido
con
Marlon
Brando
y
Frank
Sinatra.

 

Grace
tuvo
tres
hijos
con
Rainiero:
Carolina,
Alberto
y
Estefanía.
Aunque
intentó
ser
una
madre
cercana,
la
rigidez
de
la
realeza
y
su
propia
formación
la
llevaron
a
delegar
la
crianza
en
niñeras.
A
pesar
de
su
innegable
elegancia
y
carisma,
su
vida
en
Mónaco
fue
cada
vez
más
solitaria.
El
13
de
septiembre
de
1982,
su
historia
tuvo
un
trágico
desenlace
cuando
sufrió
un
accidente
automovilístico
en
las
carreteras
del
principado.

Su
hija
Estefanía
viajaba
con
ella
y
sobrevivió,
pero
Grace
falleció
al
día
siguiente.

VO