El regreso de un clásico de la cultura

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Cuando
nació
El
Refugio,
en
1993,
en
Radio
América,
el
país
atravesaba
una
ola
de
neoliberalismo.
Cierta
banalidad
teñía
todo
de
“pizza
con
champagne”.
El
programa
duraba
cinco
horas
las
tardes
de
los
sábados
y
pronto
tuvo
su
versión
televisiva,
primero
en
el
cable
y
después
en
la
Televisión
Pública
durante
24
años.
Escritores
argentinos
y
de
distintas
partes
del
mundo,
incluidos
Premios
Nobel,
como
Mario
Vargas
Llosa
y
José
Saramago,
participaron
en
sus
emisiones.
Teatro,
cine,
artes
plásticas,
filosofía
y
otras
disciplinas
fueron
las
columnas
de
El
Refugio.
Nunca
dejamos
de
pensar
que
un
programa
de
cultura
es
siempre
también
un
programa
de
Derechos
Humanos.
Porque
en
la
ficción
siempre
aparece
algo
del
orden
de
la
realidad,
algo
que
busca
ocultarse
en
una
sociedad
cada
vez
más
deshumanizada.

En
tiempos
de
persecución
a
la
cultura
y
a
sus
hacedores,
como
ocurre
en
estos
días
desde
el
gobierno
de
Javier
Milei,
que
no
pocas
veces
se
encarga
personalmente
de
denostar
a
los
artistas
que
no
piensan
como
él,
regresa
El
Refugio
al
aire
de
AM
530
Somos
Radio,
los
jueves,
de
22
a
24.
Y
lo
hacemos
con
alegría,
porque
las
pasiones
tristes,
como
diría
Spinoza,
se
las
dejamos
a
los
dictadores
y
sus
aprendices.
Otra
vez
el
programa
tendrá
las
voces
de
los
actores
y
las
actrices,
de
los
escritores,
de
los
músicos
y
de
los
que
trabajan
en
distintas
partes
del
país
en
proyectos
culturales.
Tampoco
pueden
faltar
en
nuestro
programa
los
creadores
del
Conurbano,
tan
estigmatizado
y
asociado
sólo
con
el
delito,
y
de
todos
los
que
silenciosamente,
en
distintas
partes
del
país,
trabajan
para
que
la
Argentina
siga
siendo
uno
de
los
territorios
donde
la
cultura
alcanza
el
nivel
de
excelencia.

María
Zambrano,
la
gran
filosofa
española,
decía
que
la
filosofía
no
debe
limitarse
a
lo
puramente
lógico
o
racional,
sino
que
debe
abrirse
a
lo
poético,
lo
intuitivo
y
lo
emocional,
para
comprender
más
profundo
al
ser
humano
y
al
mundo.
De
eso
se
trata.
¿Podríamos
vivir
sin
ficciones?
Los
humanos
somos
seres
de
lenguaje
y
el
lenguaje
incluye
lo
que
se
dice,
lo
que
no
se
dice
y
cómo
se
dice.
Esas
sutilezas
son
las
que
guían
las
formas
del
arte.
El
Refugio,
una
vez
más,
y
después
de
haber
pasado
por
otras
emisoras,
será
un
espacio
abierto
a
todas
las
voces,
porque
la
cultura,
tal
como
la
entendemos
nosotros,
no
es
aburrida
y
solemne;
por
el
contrario,
es
un
hecho
vivo,
festivo,
más
parecido
al
carnaval
que
a
las
ceremonias
vacías
de
contenido.

Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios

El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.

Alguien
dijo
que
la
crueldad
es
la
jactancia
de
los
fascistas.
Vivimos
una
época
donde
algunos
disfrutan
con
la
desgracia
del
otro.
Pero
también,
y
en
este
mismo
tiempo,
todas
las
noches
las
salas
de
teatro
reciben
cada
vez
más
espectadores,
los
museos
abren
sus
puertas,
los
músicos
afinan
sus
instrumentos,
los
escritores
componen
sus
textos
y
mujeres
y
hombres
disfrutan
de
ese
mundo
caótico,
único
y
siempre
bello
construido
por
los
creadores.

Es
tiempo
de
responder
a
los
autoritarismos
con
creatividad.
Resistir
es
crear
será
el
lema
de
esta
nueva
etapa
de
El
Refugio.
Terminaremos
todos
los
programas
con
música
en
vivo.
Pensamos
que
la
alegría
es
la
mejor
respuesta
al
avance
de
la
insignificancia.
La
fiesta
de
los
cuerpos
es
también
una
impugnación
a
los
discursos
de
odio,
a
la
discriminación
y
a
toda
forma
de
violencia.

Por
último,
el
agradecimiento
a
todos
los
que
hacen
posible
el
regreso
de
El
Refugio
a
la
radio.
El
acompañamiento
de
un
equipo
consustanciado
con
el
proyecto
es
central.
Nos
guía
el
deseo
de
generar
otra
vez
un
espacio
de
reflexión,
de
debates
necesarios,
de
pensamiento.
Los
poetas,
presentes
y
ausentes,
nos
acompañan
siempre.
La
vida
necesita
de
una
atmósfera
envolvente
de
ilusiones
y
amor
para
permanecer
viva.
Vamos
en
esa
dirección:
la
de
crear
otros
mundos
posibles,
la
de
establecer
puentes
a
partir
del
arte
y
la
cultura,
la
de
mostrar
que
en
el
camino
las
piedras
que
se
encuentren
pueden
ponerse
al
costado
y
seguir
andando.

*Conductor