Kate
Middleton,
la
princesa
de
Gales,
es
una
de
las
figuras
de
la
realeza
británica
más
admiradas
por
su
estilo
y
elegancia.
Sin
embargo,
más
allá
de
su
impecable
guardarropa,
hay
un
detalle
que
siempre
acapara
la
atención:
su
envidiable
colección
de
joyas.
A
diferencia
de
lo
que
podría
suponerse,
la
esposa
del
príncipe
Guillermo
no
escoge
sus
accesorios
en
función
de
su
precio
o
el
brillo
de
los
diamantes,
sino
por
su
valor
sentimental
y
la
historia
que
guardan.
Entre
todas
las
piezas
que
conforman
su
colección,
el
anillo
de
compromiso
es,
sin
duda,
la
más
emblemática.
Se
trata
de
una
joya
de
zafiro
azul
rodeado
de
diamantes
que
pertenecía
a
la
princesa
Diana,
su
suegra.
Este
anillo
de
la
firma
Garrard
se
convirtió
en
un
símbolo
de
continuidad
y
homenaje
a
Lady
Di,
cuyo
legado
sigue
presente
en
la
familia
real.
Cuando
el
príncipe
Guillermo
le
propuso
matrimonio
a
Kate
en
2010,
dejó
en
claro
que
su
madre
siempre
estaría
presente
en
su
vida
y
en
la
de
su
futura
esposa.
Reliquias
familiares
con
gran
significado
Más
allá
de
las
piezas
históricas,
Kate
también
luce
joyas
con
un
profundo
significado
personal.
Un
ejemplo
de
eso
es
el
delicado
collar
que
lleva
con
las
iniciales
de
sus
tres
hijos,
George,
Charlotte
y
Louis.
Diseñado
por
la
marca
Daniella
Draper,
esta
pieza
de
oro
simboliza
su
amor
incondicional
por
su
familia
y
la
acompaña
en
múltiples
apariciones
públicas.
Además,
fue
vista
usando
otro
collar
similar
de
la
firma
All
the
Falling
Stars,
que
también
incluye
colgantes
con
las
iniciales
de
sus
hijos.
Otro
de
los
accesorios
icónicos
de
Kate
Middleton
es
su
reloj
Cartier
Ballon
Bleu.
Este
elegante
diseño
fue
un
regalo
del
príncipe
Guillermo
para
su
tercer
aniversario
de
bodas
en
2014.
La
elección
de
la
pieza
no
fue
casualidad:
la
princesa
Diana
también
era
fanática
de
los
relojes
Cartier,
lo
que
convierte
a
este
accesorio
en
un
sutil
homenaje
a
la
madre
de
su
esposo.
Como
toque
final,
Guillermo
agregó
un
zafiro
al
reloj
para
que
combinara
con
su
anillo
de
compromiso,
un
detalle
que
refuerza
el
carácter
sentimental
de
sus
joyas.
Entre
los
regalos
más
especiales
que
ha
recibido,
destaca
un
brazalete
de
oro
que
Camilla
Parker
Bowlles
le
obsequió
tras
su
boda
real
en
2011.
La
pulsera
tiene
grabadas
dos “C”,
una
por “Catherine”
y
otra
por “Camilla”,
simbolizando
la
unión
entre
ambas.
Desde
reliquias
familiares
hasta
piezas
personalizadas,
cada
accesorio
que
luce
refuerza
su
estilo
clásico
y
sofisticado,
sin
perder
la
conexión
con
su
pasado
y
su
familia.
Su
colección
no
es
solo
un
despliegue
de
lujo,
sino
un
testimonio
de
amor,
historia
y
continuidad
dentro
de
la
monarquía
británica.
VO