Raúl Sánchez habla de Osvaldo Bayer: Desenterró la memoria de la Patagonia trágica

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Osvaldo
Bayer
es,
sin
lugar
a
dudas,
una
de
las
figuras
más
emblemáticas
de
la
historiografía
argentina,
especialmente
por
su
obra
fundamental
Los
Vengadores
de
la
Patagonia
Trágica.

En
los
últimos
días,
su
figura
volvió
a
tener
una
gran
relevancia
a
partir
de
la
decisión
de
una
repartición
de
Vialidad
Nacional
en
Santa
Cruz,
que
decidió
destruir
el
monumento
en
su
honor
en
el
ingreso
a
la
ciudad
de
Río
Gallegos.

Desde
Carlos
Paz
Vivo
entrevistamos
a

Raúl
Sánchez,
historiador
y
periodista,
quien
subrayó
la
relevancia
de
Bayer
en
nuestra
historia. 

Sánchez
tuvo
la
oportunidad
de
conocer
al
escritor
en
una
tertulia
en
Ushuaia
y
pudo
profundizar
en
el
contexto
histórico
y
personal
que
rodeó
la
obra
de
Bayer,
así
como
su
impacto
en
la
sociedad
argentina.


Un
trabajo
de
rigurosa
investigación
y
su
repercusión

Bayer,
con
una
dedicación
que
llegó
a
ser
casi
obsesiva,
realizó
una
minuciosa
investigación
sobre
la
masacre
ocurrida
en
la
Patagonia,
un
hecho
que,
como
explica
Sánchez,
“se
había
mantenido
oculto
en
la
historia
oficial”.

Los
Vengadores
de
la
Patagonia
Trágica
no
solo
da
cuenta
de
la
brutal
represión
ejercida
sobre
los
obreros,
sino
que
también
da
voz
a
los
anarquistas
que,
en
los
años
posteriores,
tomaron
medidas
violentas
para
vengar
esa
opresión.
Según
Sánchez,
Bayer
“rescató
a
esos
personajes
que
fueron
silenciados
por
el
poder.
Los
anarquistas,
en
particular,
fueron
vistos
por
muchos
como
terroristas,
pero
Bayer
les
dio
una
mirada
histórica
justa”.

El
autor
pasó
más
de
siete
años
entrevistando
a
sobrevivientes
de
esos
años,
recabando
testimonios
de
personas
que,
a
cincuenta
años
de
los
hechos,
aún
mantenían
frescas
las
huellas
de
la
violencia
sufrida.

Raúl
Sánchez,
periodista
e
historiador.

Como
cuenta
el
historiador,
Bayer
“pudo
entrevistar
a
muchos
de
los
que
vivieron
esa
época,
a
pesar
de
que
muchos
de
ellos
ya
estaban
bastante
mayores
cuando
lo
hizo.
De
ahí
la
profundidad
y
el
rigor
de
su
obra,
que
es
fundamental
para
entender
ese
período
de
la
historia
argentina”.


La
polémica
de
la
memoria
histórica

Bayer
no
solo
retrató
un
hecho
trágico
en
Los
Vengadores
de
la
Patagonia
Trágica,
sino
que
también
se
enfrentó
a
la
resistencia
de
sectores
conservadores
que
buscaban
ocultar
la
memoria
de
esos
eventos.
Como
señala
Pepe
Sánchez,
“hay
gente
que
no
le
perdona
a
Bayer
haber
dado
a
conocer
esos
hechos.
Esos
sectores,
sobre
todo
de
la
derecha
nacional,
no
pueden
soportar
que
se
hable
con
tanta
claridad
de
lo
sucedido,
y
menos
aún
que
se
expongan
los
crímenes
cometidos
por
el
poder
en
la
Patagonia”.

Sánchez,
quien
tuvo
la
oportunidad
de
entrevistar
a
Bayer
para
el
diario

El
Sureño

en
sus
años
en
Ushuaia,
resalta
que
Bayer
siempre
tuvo
una
postura
muy
firme
frente
a
quienes
intentaban
ocultar
la
historia:
“Lo
que
más
le
molestaba
a
estos
sectores
no
eran
los
adjetivos
o
los
agravios,
sino
los
hechos
históricos
documentados.
Que
la
gente
supiera
la
verdad,
con
testimonios
directos,
eso
es
lo
que
más
les
incomodaba”.
Para
Bayer,
la
verdad
histórica
era
intocable,
y
su
obra
se
convirtió
en
un
acto
de
resistencia
a
la
ocultación
y
la
manipulación.


El
cine
y
la
censura:
La
Patagonia
Rebelde

La
influencia
de
Bayer
fue
tan
grande
que
su
obra
no
solo
trascendió
la
literatura,
sino
también
el
cine.
En
1974,
se
estrenó

La
Patagonia
Rebelde
,
una
película
basada
en
Los
Vengadores
de
la
Patagonia
Trágica,
dirigida
por
Héctor
Olivera
y
protagonizada
por
actores
como
Héctor
Alterio
y
Luis
Brandoni.

Sin
embargo,
el
contexto
político
de
la
época
condicionó
su
difusión.
“En
ese
momento
ya
había
censura,
persecución
a
los
sectores
de
izquierda.
La
película
fue
aprobada
en
1974,
pero
antes
del
golpe
militar
ya
estaba
prohibida.
La
Triple
A
condenó
de
muerte
a
los
responsables
de
la
película,
incluido
Bayer”,
recuerda
Sánchez,
quien
señala
cómo
la
obra
cinematográfica
también
se
convirtió
en
un
símbolo
de
resistencia.


El
exilio
y
la
denuncia
internacional

Con
el
golpe
de
Estado
de
1976
y
el
advenimiento
de
la
dictadura
militar,
Bayer
se
exilió
en
Berlín.
Allí
continuó
su
labor
de
denuncia,
junto
con
otros
intelectuales
argentinos
como
Julio
Cortázar.
Sánchez
recuerda
que,
en
esos
años,
Bayer
se
dedicó
a
“difundir
lo
que
estaba
ocurriendo
en
Argentina.
A
través
de
su
pluma
y
sus
escritos,
Bayer
fue
un
ferviente
defensor
de
los
derechos
humanos,
no
solo
en
sus
libros,
sino
también
en
las
publicaciones
que
ayudó
a
sacar
al
extranjero”.

Bayer
nunca
abandonó
su
lucha
por
la
memoria
histórica,
y
su
exilio,
aunque
forzado,
le
permitió
seguir
de
cerca
los
crímenes
de
la
dictadura
y
colaborar
con
la
denuncia
internacional
de
la
represión
que
sufrían
sus
compatriotas.


La
humildad
y
cercanía
de
Bayer

Lo
que
más
destacaba
Pepe
Sánchez
de
su
encuentro
con
Bayer
era
su
humildad
y
su
cercanía
con
la
gente,
especialmente
con
los
más
jóvenes.
“Era
una
persona
sumamente
valiosa,
muy
frontal
y
directa.
Lo
que
me
sorprendió
de
Bayer
fue
su
capacidad
para
conectar
con
los
jóvenes.
Aunque
era
una
figura
clave
de
la
historia
argentina,
siempre
fue
accesible,
abierto
a
conversar
y
a
compartir
sus
ideas.
No
tenía
nada
de
soberbia,
era
alguien
que
sentía
que
su
lucha
por
la
justicia
social
debía
ser
compartida”,
cuenta
Sánchez.