En
la
Casa
Real
española,
la
polémica
siempre
está
presente.
En
esta
oportunidad,
el
programa
se
centra
en
la
princesa
Leonor
y
la
infanta
Sofía,
y
la
gran
preocupación
de
la
reina
Letizia
por
el
futuro
de
ambas.
La
infanta
Sofía,
con
apenas
17
años,
comienza
a
marcar
un
camino
propio,
lejos
de
la
sombra
de
su
hermana
mayor,
la
princesa
Leonor.
Y
esa
decisión
está
generando
desconcierto
en
Zarzuela.
La
infanta
Sofía
busca
vivir
bajo
sus
propias
reglas
Desde
chicas,
Leonor
y
Sofía
fueron
presentadas
al
mundo
como
un
dúo
inseparable.
Vestidas
con
el
mismo
estilo,
educadas
en
los
mismos
colegios
y
compartiendo
cada
aparición
pública,
la
imagen
proyectada
era
la
de
dos
hermanas
unidas
y
complementarias.
Pero
esa
armonía
comenzó
a
romperse
con
el
paso
del
tiempo,
especialmente
desde
que
Leonor
dio
el
paso
definitivo
para
convertirse
en
heredera
al
trono
de
España.
Mientras
Leonor
se
prepara
con
formación
militar,
una
agenda
pública
en
aumento
y
una
presencia
destacada
en
actos
oficiales,
Sofía
eligió
alejarse.
Dijo
no
a
seguir
el
mismo
camino,
rechazó
la
formación
militar
y
optó
por
continuar
sus
estudios
en
el
extranjero,
con
planes
de
estudiar
ingeniería.
La
menor
de
las
hijas
de
Letizia
y
Felipe
VI
busca
su
identidad
y
quiere
alejarse
del
control
que
impone
la
Corona,
especialmente
su
madre.
El
problema
es
que
su
creciente
distancia
genera
una
preocupación
concreta:
si
Sofía
renuncia
a
sus
derechos,
el
único
heredero
alternativo
después
de
Leonor
sería
Froilán,
el
hijo
de
la
infanta
Elena.
Letizia
Ortiz
alarmada
por
el
alejamiento
de
su
hija
Frente
a
este
distanciamiento,
Letizia,
siempre
cuidadosa
y
estratégica,
reaccionó
con
una
mezcla
de
preocupación
maternal
y
gestos
de
carácter
institucional
que
los
expertos
en
realeza
no
dejaron
pasar.
El
primero
fue
su
aparición
pública
luciendo
una
prenda
de
Sofía
que
es
todo
un
acercamiento
simbólico
y
silencioso.
El
segundo
gesto
fue
más
evidente
y
muestra
que
Letizia
no
se
rinde.
Se
confirmó
que
será
la
única
en
asistir
a
la
graduación
de
Sofía
en
el
UWC
College
de
Gales,
donde
la
joven
finaliza
su
bachillerato.
La
presencia
de
la
reina
en
ese
acto
también
tiene
una
doble
lectura:
es
un
gesto
de
apoyo,
pero
también
un
intento
desesperado
por
mantener
cerca
a
su
hija.
Solo
el
tiempo
dirá
si
la
distancia
creciente
entre
dos
hermanas
que,
hasta
hace
poco,
parecían
inseparables,
logra
revertirse
y
afianzar
el
vínculo
de
cara
a
sus
deberes
institucionales.
VO