
Andrea
Casiraghi,
hijo
de
la
princesa
Carolina
de
Mónaco,
y
Tatiana
Santo
Domingo,
una
joven
de
origen
colombiano-estadounidense,
tienen
una
historia
de
amor
que
conquistó
al
mundo
de
la
realeza.
La
historia
entre
Andrea
y
Tatiana
comenzó
hace
más
de
dos
décadas,
en
donde
Carlota
Casiraghi,
hermana
de
Andrea,
ofició
como
celestina.
Ambas
compartieron
estudios
en
París
y
se
volvieron
amigas
inseparables.
Con
el
tiempo,
Carlota
vio
en
Tatiana
algo
especial
y
decidió
presentársela
a
su
hermano.
Pero
el
flechazo
no
fue
inmediato.
Pasaron
un
par
de
años
hasta
que,
por
esas
casualidades
del
destino,
volvieron
a
encontrarse
en
la
Universidad
Americana
de
Londres.
Ahí
fue
donde
la
chispa
finalmente
se
encendió.
Tatiana
estudiaba
Historia
del
Arte
y
Andrea
cursaba
estudios
internacionales.
Compartían
intereses,
sensibilidad
artística
y
una
inclinación
por
el
estilo
de
vida
relajado,
casi
hippie,
que
con
el
tiempo
se
volvió
parte
de
su
identidad
como
pareja.
La
aprobación
de
la
princesa
Carolina,
la
clave
de
su
unión
El
verdadero
desafío
no
era
enamorarse
de
Andrea,
sino
conquistar
a
Carolina
de
Mónaco,
una
figura
respetada,
exigente
y
muy
celosa
de
la
imagen
de
su
familia.
La
princesa,
que
siempre
fue
considerada
una
de
las
mujeres
más
elegantes
del
siglo
XX,
no
estaba
dispuesta
a
permitir
que
cualquiera
ingresara
al
círculo
íntimo
de
los
Grimaldi.
Sin
embargo,
Tatiana
tenía
credenciales
para
impresionar.
Hija
del
multimillonario
colombiano
Julio
Mario
Santo
Domingo
Jr.,
tenía
una
fortuna
familiar,
una
formación
académica
impecable,
modales
refinados
y
un
bajo
perfil
que
contrastaba
con
el
mundo
mediático.
Con
el
tiempo,
no
solo
logró
el
visto
bueno
de
Carolina,
sino
que
se
convirtió
en
una
presencia
habitual
en
los
eventos
oficiales
del
principado.
Pese
a
pertenecer
a
una
de
las
familias
más
glamorosas
de
Europa,
Andrea
y
Tatiana
siempre
evitaron
los
flashes
innecesarios.
Vivieron
juntos
en
París
durante
varios
años,
formando
una
pareja
sólida,
aunque
no
exenta
de
polémicas.
Fueron
fotografiados
consumiendo
marihuana
y
también
circularon
imágenes
de
Tatiana
en
topless
durante
unas
vacaciones.
La
llegada
de
su
primer
hijo,
Sacha
Casiraghi,
en
marzo
de
2013,
marcó
un
punto
de
inflexión.
Sin
demasiados
anuncios
formales,
la
pareja
recibió
a
su
primogénito
en
Londres.
Sacha
no
solo
fue
el
primer
nieto
de
Carolina
de
Mónaco,
sino
también
el
primero
de
la
poderosa
familia
Santo
Domingo,
lo
que
reforzó
aún
más
la
alianza
entre
dos
linajes
con
peso
propio.
Andrea
Casiraghi
y
Tatiana
Santo
Domingo
tuvieron
una
boda
de
ensueño
pero
con
sello
personal
Con
el
nacimiento
de
Sacha,
la
boda
tuvo
que
esperar.
Finalmente,
el
31
de
agosto
de
ese
mismo
año,
Andrea
y
Tatiana
se
casaron
en
una
ceremonia
íntima
en
el
Palacio
Real
de
Mónaco.
La
celebración
fue
fiel
al
estilo
de
la
pareja:
sencilla,
elegante,
con
un
marcado
espíritu
bohemio.
El
vestido
de
Tatiana,
con
detalles
vintage,
encajó
a
la
perfección
con
el
perfil “boho-chic”
que
ella
lleva
incluso
en
los
eventos
más
formales.
La
pareja
tuvo
dos
hijos
más
y
actualmente
viven
en
absoluta
reserva
en
Suiza,
donde
disfrutan
de
sus
días
con
total
normalidad
alejados
de
los
flashes
y
sólo
apareciendo
en
contados
eventos
protocolares.
VO