En
una
aburrida
pelea,
Canelo
Álvarez
ke
ganó
por
puntos
al
cubano
William
Scull,
recuperó
el
cinturón
de
la
FIB
y
confirmó
pelea
con
Crawford
en
septiembre.
Saúl
“Canelo”
Álvarez
volvió
a
escribir
su
nombre
con
letras
doradas
en
la
historia
del
boxeo.
Este
sábado
por
la
noche,
en
Riyadh,
Arabia
Saudita,
venció
por
decisión
unánime
al
cubano
William
Scull
y
se
convirtió
en
campeón
indiscutido
de
los
supermedianos
al
sumar
el
cinturón
de
la
Federación
Internacional
de
Boxeo
(FIB),
el
único
que
le
faltaba.
Sin
embargo,
el
resultado
no
reflejó
el
trámite
del
combate.
Fue
una
pelea
deslucida,
donde
Canelo
no
logró
brillar
y
Scull
pareció
más
enfocado
en
evitar
el
castigo
que
en
buscar
el
triunfo.
El
cubano,
que
llegó
invicto
a
la
cita,
se
movió
con
inteligencia
y
rapidez,
anulando
los
intentos
del
mexicano
de
imponer
su
poderío.
A
pesar
de
eso,
el
dominio
de
Canelo
en
la
mayoría
de
los
rounds
fue
suficiente
para
llevarse
el
triunfo.
“No
me
gustan
este
tipo
de
peleas.
Fue
aburrida.
Odio
a
los
boxeadores
que
solo
buscan
sobrevivir”,
disparó
Canelo
después
del
combate,
visiblemente
molesto
con
la
actitud
de
su
rival.
“Me
dijo
que
era
su
primera
vez
en
este
escenario,
que
estaba
nervioso.
Pero
para
hacer
una
gran
pelea
se
necesitan
dos
que
estén
dispuestos”,
añadió.
Scull,
nacido
en
Cuba
y
con
paso
por
la
Patagonia
argentina,
cumplió
su
sueño
de
enfrentar
a
una
leyenda
del
boxeo,
pero
pagó
el
precio
con
la
pérdida
de
su
invicto
y
de
su
cinturón
mundial.
Su
planteo
defensivo
no
agradó
ni
al
público
ni
al
propio
Álvarez,
quien
ahora
ya
piensa
en
su
próximo
desafío:
el
13
de
septiembre
enfrentará
a
Terence
Crawford,
también
en
Riyadh,
en
lo
que
promete
ser
un
duelo
de
altísimo
voltaje.
Con
esta
victoria,
Canelo
unifica
los
títulos
de
la
Asociación
Mundial
de
Boxeo
(AMB),
Consejo
Mundial
(CMB),
Organización
Mundial
(OMB)
y
Federación
Internacional
(FIB),
y
vuelve
a
ser
el
rey
absoluto
de
las
168
libras.