“El éxito de El Eternauta muestra la pasión de la Argentina”

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Francisco
Ramos.
“Paco”,
como
le
dicen,
salía
del
teatro.
Había
ido
a
ver
Parque
Lezama,
y
confiesa
lo
hace
no
del
todo
convencido.
Pero
estaba
negociando
aquí
por
Mafalda,
y
Juan
José
Campanella
quería
amablemente
que
vea
la
obra.
En
esa
salida,
Ramos
llama
a
Campanella.
¿El
resultado?
En
este
preciso
momento,
bajo
el
sello
Hecho
en
Argentina,
se
está
filmando
Parque
Lezama,
una
película
producción
original
de
Netflix.
Ramos,
entonces,
se
ha
convertido
en
un
nombre
crucial
para
industria
audiovisual
argentina,
Netflix
y
sus
producciones
hacen,
tan
solo
haciendo
lo
suyo,
lo
que
no
hace
ni
el
Estado
argentino.
Y
lo
hace
de
forma
contundente:
El
Eternauta
se
convirtió
en
un
fenómeno
“que
superó
nuestras
expectativas,
y
eran
muy
grandes”,
dice
Ramos,
y
la
fórmula,
siempre
en
movimiento,
se
alteró.
Además
de
temporadas
esperadas
como
la
segunda
de
División
Palermo,
la
celebrada
Envidiosa,
se
anunciaron
varios
títulos.
Algunos
en
producción
y
otros
llegando
pronto
a
la
plataforma:
una
película
documental
sobre
el
caso
de
Yiya
Murano,
dirigida
por
Alejandro
Hartmann
y
producida
por
Haddock
Films
y
Vanessa
Ragone
(productora
de
Atrapados,
otro
éxito
de
Netflix),
El
último
gigante,
de
Marcos
Carnevale,
Lo
dejamos
acá,
protagonizada
por
Ricardo
Darín
y
Diego
Peretti,
dirigida
por
Hernán
Goldfrid,
27
noches,
con
la
dirección
de
Daniel
Hendler
y
la
producción
de
Santiago
Mitre
y
Agustina
Llambi
Campbell,
Corazón
Delator
dirigida
y
escrita
por
Marcos
Carnevale
y
Lily
Ann
Martin,
la
serie
En
el
barro,
de
Sebastián
Ortega,
en
el
universo
de
El
Marginal,
y
mucho
más.

Paco
Ramos
es
el
VP
de
Contenidos
de
Netflix
para
Latinoamérica,
pero
ha
sido
crucial
para
la
luz
verde
y
desarrollo
de
todos
estos
proyectos.
Se
ríe,
amable,
siempre:
“Siempre
voy
al
mismo
hotel
en
Argentina,
y
me
dicen
ahora:
no
nos
das
tiempo
de
ver.
Primero
Envidiosa,
después
Atrapados,
y
ahora
El
Eternauta…
¿Cuándo
llega
División
Palermo
2?”.
Hoy
por
supuesto
todo
apunta
a
Juan
Salvo,
al
éxito
de
K&S,
de
Bruno
Stagnaro,
de
Ricardo
Darín.
El
fenómeno
cultural
que
implica
El
Eternauta:
“Pasan
muchas
cosas…
hay
una
satisfacción
de
entender
que
cuando
las
cosas
se
hacen
y
salen
bien,
porque
a
veces
se
ponen
todos
los
empeños
pero
las
cosas
no
terminan
de
amalgamar,
tienen
un
impacto
social.
Evidentemente
aquí
confluye:
todo
lo
que
representa
El
Eternauta…
yo
siempre
pensé
que
iba
a
funcionar,
pero
no
a
estos
niveles.
Me
llama
la
atención
es
que
la
gente
joven
la
está
viendo,
nunca
pensé
que
gente
tan
joven
la
iba
a
ver.
Eso
apuntala
algo
en
lo
que
hemos
venido
hablando
en
este
aprendizaje
que
hemos
tenido
en
la
región,
que
en
Argentina
lleva
casi
8
años,
y
es
que
cuando
la
gente
siente
que
el
verósímil
y
el
proceso
identificatorio
funciona
hay
un
plus,
y
creo
eso
es
lo
ha
pasado.
Es
lo
que
ha
logrado
Bruno
Stagnaro,
lo
que
ha
logrado
K&S,
lo
que
ha
logrado
El
Eternauta.
Es
una
ciencia
ficción
muy
aterrizada”.

Y
suma
a
la
hora
de
la
entidad
de
identidad
cultural
local
que
ha
logrado
la
serie:
“La
gente
la
siente
muy
propia.
La
pertenencia
tiene
que
ver
con
un
momento
cultural
y
con
un
país.
Es
muy
poderoso
y
distinto
en
Argentina.
En
este
tipo
de
eventos,
que
es
hoy
El
Eternauta,
se
ve
la
pasión
de
Argentina,
y
un
orgullo,
que
nace
de
cuando
algo
tiene
razón
de
generar
una
pasión.
Es
muy
importante
la
unión
que
se
ha
generado
en
la
sociedad.
Hay
una
cosa
que
navega
la
serie
muy
sutilmente
desde
mi
punto
de
vista
que
es
la
conexión
humana.
Ese
vínculo
que
van
construyendo
en
este
grupo
va
un
poco
felizmente
en
contra
de
ese
concepto
del
superhéroe,
del
que
puede
todo
solo.
El
héroe
a
pie,
los
héroes
inesperados,
es
algo
que
ha
conectado
muchísimo.
Es
divertido
que
sea
una
banda
de
sesentones
los
que
tienen
que
salvar
al
mundo.”

Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios

El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.

—¿Cómo
reconfigura
el
éxito
de
“El
Eternauta”
lo
que
vienen
haciendo
con
Hecho
en
Argentina
o
qué
es
lo
que
afianza?

—Te
configura
a
la
hora
de
la
ambición.
Tiene
que
ver
con
este
prejuicio
de
que
hay
cosas
en
lo
audiovisual
que
no
se
pueden
hacer
en
lo
latinoamericano.
Se
ha
demostrado
que
cuando
se
tienen
la
vocación,
el
talento,
los
recursos
y
la
paciencia,
el
talento
es
democraticamente
competente,
acá

hay
un
caldo
de
cultivo
de
una
altísima
calidad
cinematográfica,
incluso
viniendo
de
la
TV
o
del
cine.
Eso
nos
permite
pensar
que
podemos
pensar
fuera
de
la
convención,
de
la
caja.
Algo
que
hace
seis
u
ocho
años
era
una
locura,
ya
no
lo
es.
Del
lado
de
la
estrategia,
confirma
que
el
contenido
local
vale.
La
realidad
es
que
cada
país
de
América
Latina
es
distinto.
La
gente
piensa
que
nos
parecemos
mucho,
tenemos
mucho
que
separa
o
que
nos
une.
Pero
salvo
seis
talentos,
no
tenemos
ni
un
star
system
que
nos
una.
Ese
apetito
por
contenido
de
alta
calidad
que
tiene
el
argentino
se
ve
en
el
Top
10,
en
todo
lo
que
aparece
ahí
(hasta
series
orientales).
División
Palermo
tiene
su
enorme
nicho,
por
ejemplo,
y
complementan.
Donde
podemos
marcar
la
diferencia
es
en
el
contenido
local.

—Pareciera
que
hay
un
indústria
posible
gracias
a
lo
que
ustedes
hacen,
sobre
todo
considerando
las
políticas
de
Estado
actuales
en
Argentina.

—Nosotros
percibimos
que
la
industria
cultural
tiene
la
ventaja
de
ser
industria
y
de
ser
cultural.
La
oportunidad
en
Latinoamerica
es
enorme,
porque
hay
una
vocación
histórica
de
contar
cuentos.
Es
el
continente
que
inventó
las
telenovelas.
Ha
habido
cineastas
durante
toda
la
historia
del
cine
de
la
región.
La
industrialización
del
oficio,
sin
hablar
de
escalas
si
no
de
un
sistema
operativo,
es
una
posición
de
ventaja,
que
cuentan
a
favor
de
quien
cuentan
y
de
quienes
ven.
Esa
competitividad
de
la
industria,
cuando
pasen
estos
momentos,
van
a
tener
siempre
trabajo.
Es
importante
que
se
exporte
el
talento,
pero
también
que
se
logre
que
se
exporte
el
talento
individual.
La
gente
que
está
en
El
Eternauta
ya
tiene
ofertas
de
otros
lugares
del
mundo.

—Lejos
de
otras
cadenas,
se
siente
que
ustedes
creen
más
en
este
momento
en
el
cuento
antes
que
cosas
como
biopics.
Contar,
como
se
viene,
Mafalda
desde
otro
es
un
salto
al
vacío
y
muestra
eso,
creer
en
el
cuento.

—A

me
gustan
los
biopics,
quiero
aclarar.
Creo
que
el
proceso
que
identificamos
que
nos
funciona
es
que
nosotros
no
hacemos
El
Eternauta,
hacemos
El
Eternauta
de
Bruno
Stagnaro
y
K&S,
y
cuando
hacemos
Atrapados,
la
novela
de
Harlan
Coben,
lo
hacemos
con
Vanesa
Ragone
y
Miguel
Kohan,
con
una
narrativa
argentina.

—¿Dónde
está
el
equilibrio
entre
el
trabajo
de
contar,
lo
que
vos
querés
contar
y
lo
que
querés
que
Netflix
cuente?

—Mi
gusto
como
espectador
es
completamente
indiferente.
Tengo
un
punto
de
vista
y
tengo
mi
criterio,
pero
al
servicio
de
nuestros
miembros.
Tengo
un
gusto
bastante
popular.
Es
mucho
trabajo
hacer
una
película
o
una
serie,
para

es
algo
que
tienen
que
ver
mucha
gente.
Veo
gente
que
es
muy
feliz
haciendo
películas
para
pequeñas
minorías
y
me
parece
genial.
Tiene
que
ver
con
una
variedad.
Hay
pocas
series
o
películas
que
puedan
convertirse
a
este
nivel
de
transversalidad
y
de
predominio
como
El
Eternauta,
ya
que
se
ha
convertido
en
un
fenómeno…
entonces
la
pregunta
es
cómo
vamos
construyendo
para
que
la
gente
sienta
que
algo
de
lo
que
hacemos
es
para
ellos.
No
va
a
ser
todo
para
tí.
Siempre
encuentras
algo
entre
lo
local
y
lo
que
viene
de
afuera,
pues
perfecto.
El
reto
es
cómo
se
aumenta
la
calidad
y
a
la
vez
generar
la
variedad,
que
a
veces
puede
llevarte
a
que
la
calidad
media
se
vea
impactada.