Carlos
Marcelo
Caligaris,
el
ex
policía
que
en
1996
fue
absuelto
por
el
brutal
asesinato
de
su
esposa
y
sus
tres
hijos,
volvió
a
ser
noticia
este
jueves
al
quedar
detenido
como
sospechoso
del
homicidio
de
un
adolescente
de
15
años
en
barrio
Villa
Rivera
Indarte,
en
la
ciudad
de
Córdoba.
La
información
fue
revelada
por
una
investigación
de
La
Voz,
que
confirmó
que
Caligaris,
de
61
años,
fue
imputado
por
la
fiscal
Liliana
Copello
como
presunto
autor
de
homicidio
agravado
por
el
uso
de
arma
de
fuego,
tras
el
crimen
de
Mateo
Ochoa,
hallado
sin
vida
con
un
disparo
en
la
cabeza
en
plena
calle,
cerca
de
la
medianoche
del
miércoles.
El
cuádruple
crimen
que
estremeció
a
Córdoba
Caligaris
fue
juzgado
en
1996
por
el
asesinato
de
su
esposa
Graciela
Comas
y
sus
tres
hijos
pequeños:
Cristian
(7),
Sabrina
y
Ulises
(mellizos
de
5
años).
El
crimen
ocurrió
el
28
de
enero
de
1994
en
su
casa
de
barrio
San
Martín.
Las
víctimas
recibieron
disparos
en
la
sien
y
el
tórax,
con
dos
armas
distintas,
según
consta
en
la
causa.
La
hipótesis
era
que
Caligaris
había
cometido
los
asesinatos
para
cobrar
un
seguro
de
vida.
El
juicio
se
llevó
a
cabo
en
la
Cámara
5ª
del
Crimen.
A
pesar
del
pedido
de
condena
por
parte
de
la
querella,
el
fiscal
Francisco
Eugui
solicitó
la
absolución
por
falta
de
pruebas.
El
tribunal
resolvió
en
el
mismo
sentido
y
Caligaris
recuperó
su
libertad
en
abril
de
1996.
Años
después,
en
2008,
fue
jubilado
de
la
Policía
de
Córdoba.
Una
nueva
acusación
por
homicidio
Ahora,
casi
tres
décadas
después,
Caligaris
fue
detenido
nuevamente,
esta
vez
por
la
muerte
de
un
adolescente
de
15
años,
que
fue
encontrado
con
un
disparo
en
la
cabeza
en
la
calle
Las
Varillas
al
9400,
en
Villa
Rivera
Indarte.
Según
el
informe
de
La
Voz,
el
ex
policía
trabajaba
como
guardia
de
seguridad
barrial,
sin
registración
oficial,
en
esa
misma
zona.
Testimonios
vecinales
indican
que
solía
portar
un
arma
por
las
noches
y
había
disparado
en
otras
ocasiones,
ya
sea
al
aire
o
hacia
presuntos
sospechosos.
El
crimen
de
Mateo
Ochoa
habría
ocurrido
en
ese
contexto,
aunque
la
investigación
aún
no
ha
sido
esclarecida.
Caligaris
fue
arrestado
en
su
domicilio
y
se
mantiene
en
silencio
desde
el
momento
de
su
detención.
La
fiscalía
intenta
ahora
determinar
si
el
acusado
disparó
al
joven
al
creer
que
estaba
frente
a
un
robo,
o
si
hubo
otra
motivación.
El
arma
no
fue
encontrada
y
Caligaris
nunca
llamó
al
911
ni
hizo
denuncia
alguna,
lo
que
agrava
su
situación
procesal.