Fernanda Metilli: “No creo que siempre el show deba continuar”

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Egresada
de
la
Facultad
de
Arte
de
Tandil
-su
ciudad
natal-,

Fernanda
Metilli

llegó
a
Buenos
Aires
en
2006
con
el
sueño
de
ser
comediante
y
hoy
se
desempeña
en
dos
de
las
obras
más
taquilleras
de
la
cartelera
teatral
porteña.
Una,
la
humorística
“Somos
las
chicas
de
la
culpa”,
junto
a
Connie
Ballarini,
Malena
Guinzburg
y
Natalia
Carulias,
en
El
Nacional.
La
otra,

“Empieza
con
D,
siete
letras”
,
con
dirección
del
laureado

Juan
José
Campanella

(también
autor
de
la
pieza,
junto
a
Cecilia
Monti)
y
como
dupla
de

Eduardo
Blanco
,
en
el
Politeama. 

Allí,
Metilli
-que
viene
de
hacer
‘Exit’
y
antes
‘Matilda’-
y
el
llamado
“actor
fetiche”
de
Campanella
encarnan
una
sentida
y
reflexiva
historia
sobre
el
amor
y
las
segundas
oportunidades.
En
este
caso,
entre
dos
personas
de
distintas
generaciones
(ella
de
40
años,
él
de
65)
y
diferentes
experiencias
de
vida.

Temas
que
la
actriz
y
standupera
aborda
en
esta
charla
con
NOTICIAS,
además
de
otros
tópicos
como
este
nuevo
desafío
interpretativo,
la
convivencia,
la
maternidad
y
sus
10
años
en
pareja
con
el
también
comediante,
mago
y
músico

Agustín
“Soy
Rada”
Aristarán
.


Noticias:

Cuando
Campanella
la
contactó
por
WhatsApp
pensó
que
era
un
chiste
porque
ahí
él
no
tiene
una
foto
suya.
Pasado
el
asombro,
¿le
preguntó
por
qué
la
eligió? 


Fernanda
Metilli:

Así
tan
directamente,
no.
Cuando
empezamos
a
hablar,
me
dijo
que
creía
que
el
protagónico
femenino
era
para
mí,
por
el
tipo
de
humor
que
hago.
Y
después
me
contó
que
me
había
visto
en
“Como
el
culo”
hace
ya
ocho
años,
en
“Chorros”
y
en
“Inmaduros”.
También
me
dijo
que
había
visto
algunos
videos
que
hago
con
Agustín
en
YouTube.
Lo
que
llenó
de
orgullo,
porque
siento
que
me
vio
bastante
antes
de
proponerme
el
papel.


Noticias:

Leído
el
guión,
¿sintió
de
entrada
que
el
papel
era
para
usted?


Metilli:

Sí.
La
historia
me
sorprendió,
porque
yo
nunca
tuve
una
pareja
con
mucha
diferencia
de
edad,
pero
las
situaciones
y
las
respuestas
de
Miranda
a
Luis,
el
personaje
de
Eduardo,
enseguida
me
parecieron
muy
divertidas.
Las
partes
tristes,
que
también
van
a
fondo,
me
generaron
algo
de
miedo,
porque
yo
no
profundicé
en
eso
como
actriz.
Juan
no
tenía
dudas
de
que
lo
gracioso
lo
iba
a
hacer
bien,
pero
las
partes
dramáticas
-él
mismo
me
lo
dijo-
eran
una
incógnita.
Ahí
arriesgábamos
a
pleno.
Pero
esa
combinación
de
comedia
y
drama,
tan
equilibrada
y
tan
típica
de
Juan,
me
encantó
de
inmediato.


Noticias:

¿Cuál
fue
el
mayor
desafío
que
le
presentó
el
personaje? 


Metilli:

Su
ternura
y
sus
momentos
de
fragilidad,
porque
si
bien
Miranda
es
una
mina
muy
fuerte,
en
una
segunda
lectura
noté
que
también
tiene
una
parte
rota.
Lo
que
me
llevó
a
ahondar
en
otro
campo
de
la
actuación
al
que
yo
no
estaba
acostumbrada.
Entrené
eso
en
la
facultad,
pero
no
laboralmente.
Aunque
el
cuerpo
se
acordaba,
estaba
todo
ahí;
y
ahora
cada
función
es
un
entrenamiento.


Noticias:

Me
decía
que
no
tuvo
parejas
generacionalmente
dispares.
¿Es
prejuiciosa
en
ese
sentido?  


Metilli:

Sí,
bastante.
Sobre
todo
con
los
hombres,
porque
de
parte
de
la
mujer
lo
entiendo
un
poco
más.
Pero
el
prejuicio
lo
tengo
con
los
“pendeviejos”
que
se
levantan
chicas
de
20,
no
con
gente
de
las
edades
de
Luis
y
Miranda,
porque
ellos
ya
son
personas
maduras.
En
esta
historia,
la
diferencia
generacional
pasa
a
un
segundo
plano,
porque
básicamente
es
una
historia
de
amor.


Noticias:

Campanella
y
Blanco
trabajaron
mucho
juntos
y,
además,
son
amigos.
¿Cómo
fue
incorporarse
a
esa
dupla?


Metilli:

Aprendí
mucho.
Porque
si
bien
ellos
son
un
equipo,
en
algunas
cosas
no
coinciden,
y
en
eso
son
muy
transparentes.
Y
ver
cómo
llegaban
a
un
equilibrio,
fue
fascinante.
Disfruté
mucho
de
ese
proceso
creativo.
Ambos,
además,
son
muy
generosos
y
no
tuvieron
problema
en
escuchar
mis
sugerencias.
Nunca
los
sentí
como
un
bloque,
porque
tienen
una
sencillez
que
los
hace
muy
cercanos. 


Noticias:

En
un
momento
de
la
obra,
Luis
y
Miranda
se
plantean
el
tema
de
la
convivencia,
asunto
al
que
usted
no
adhiere
en
su
vida
personal.
¿Le
movió
algo
internamente
eso
que
plantean
los
personajes?   


Metilli:

Sólo
se
me
presentó
cuando
leí
la
obra.
Ahí
pensé:
“¡Están
locos!
¡Quédense
cada
uno
en
su
casa!
Después
me
adapté
a
los
personajes
y
todo
bien.


Noticias:

¿La
no
convivencia
con
su
pareja
fue
de
común
acuerdo?


Metilli:

Al
principio
Agustín
me
propuso
convivir
y
yo
le
dije
que
no 
Creo
que
me
lo
propuso
porque
fue
papá
muy
joven,
vivió
mucho
con
la
mamá
de
Bianca
y
nunca
había
vivido
solo.
Ahí
yo
le
dije:
“¿Estás
loco?
Primero,
tenés
que
aprender
a
vivir
solo
y
después
ves
si
querés
convivir”.
Hoy
los
dos
disfrutamos
de
tener
cada
uno
su
lugar
y
de
juntarnos
cuando
queremos.


Noticias:

¿Descartaron
convivir
entonces?


Metilli:

Hoy
no
es
una
necesidad,
pero
en
algún
momento
puede
ser.
Ambos
tenemos
claro
que
debería
ser
en
un
lugar
muy
grande
o
en
dos
casas,
una
al
lado
de
la
otra,
unidas
por
un
puente. 


Noticias:

Pero
eso
cuesta
mucho
dinero…


Metilli:

Sí,
por
lo
que
por
ahora
seguiremos
así
(risas).


Noticias:

En
“Matilda”
encarnó
a
una
madre
que,
en
verdad,
no
quería
tener
hijos.
¿Qué
piensa
de
la
maternidad?


Metilli:

Nunca
tuve
el
deseo
de
ser
madre.
Soy
feliz
con
mis
sobrinos
y
con
los
hijos
de
mis
amigas,
pero
yo
no
me
veo
criando
a
una
persona,
no
me
veo
con
esa
responsabilidad.
Me
parece
una
locura
traer
un
hijo
al
mundo
sabiendo
que
no
quiero
cambiar
nada
de
mi
vida.
Hay
muchas
mujeres
que
tuvieron
hijos
porque
los
tuvieron
que
tener,
por
mandato.
Mi
mamá,
sin
ir
más
lejos.
En
esos
casos
pienso:
“¡No!
¡Pobre!”.
Y
si
algún
día
quiero
tener
un
hijo
y
ya
no
puedo,
adoptaré.
De
hecho,
vivo
adoptando
perros.


Noticias:

Hábleme
de
su
rol
de
“mamastra”,
como
dicen
usted
y
Bianca. 


Metilli:

Me
encanta
ser
su
“mamastra”.
No
sólo
porque
zafé
de
ponerle
límites,
sino
porque
ahora,
que
está
estudiando
en
el
IUNA
y
va
a
castings,
compartimos
mucho
de
la
profesión.


Noticias:

Dalia
Gutmann
dice
que
el
stand-up
es
el
arte
de
hacerle
creer
al
público
que
todo
está
improvisado.
¿Coincide? 


Metilli:

Sí.
El
stand-up
es
un
texto
minuciosamente
escrito
y
el
“engaño”
consiste
justamente
en
que
el
espectador
crea
que
lo
estás
diciendo
por
primera
vez.
Ese
es
el
gran
desafío.
Obviamente,
en
cada
función,
uno
va
encontrando
cosas
nuevas,
porque
el
stand-up
es
con
el
público
y
siempre
se
termina
de
cocinar
en
el
escenario.
Es
un
ida
y
vuelta,
un
diálogo.


Noticias:

¿Volvería
a
hacer
un
monólogo
de
stand
up?


Metilli:

Creo
que
me
costaría,
porque
hace
mucho
que
no
lo
hago.
No
sabría
muy
bien
qué
escribir.
Hoy,
para
mí,
el
stand-up
pasa
por
lo
que
hago
con
las
chicas.


Noticias:

¿Cómo
es
pasar
de
una
función
de
“Somos
las
chicas
de
la
culpa”
a
otra
de
“Empieza
con
D…”?    


Metilli:

Para

es
natural,
porque
siempre
hice
stand-up
y
teatro.
Me
encantan
ambas
cosas
y
disfruto
de
esa
versatilidad.


Noticias:
¿Cuán
importante
es
el
humor
en
su
relación
con
Agustín?


Metilli:

Es
fundamental,
como
individuos
y
como
pareja.
No
lo
buscamos,
simplemente
lo
tenemos.
Es
una
forma
de
vida,
lo
que
no
significa
que
estemos
haciendo
chistes
todo
el
día.


Noticias:

Siempre
habla
de
sus
perros.
¿Por
qué?


Metilli:

Porque
para
mí,
la
vida
sin
un
perro
es
un
desperdicio,
realmente
no
lo
entiendo.
Siempre
tuve
perros,
porque
mis
padres
eran
muy
perreros.
Salvo
en
mis
primeros
años
en
Buenos
Aires,
que
se
me
complicó
por
falta
de
trabajo,
pero
era
como
que
me
faltaba
algo.
Es
amor
incondicional.


Noticias:

Semanas
atrás
falleció
su
mamá,
la
persona
que
más
la
apoyó
en
sus
deseos
de
ser
actriz.
¿Cómo
afrontó
sus
compromisos
laborales?    


Metilli:

Algunas
funciones
no
pude
hacerlas
porque
acababa
de
llegar
de
Tandil
con
todo
ese
bagaje.
Pero
volví
rápido
porque
soy
muy
activa
y
me
hace
bien.
Aunque
si
algún
día
no
puedo,
pienso
respetármelo,
porque
en
ambas
obras
todos
fueron
muy
amorosos
y
hay
mucha
confianza
como
para
decirlo.
Aparte,
yo
no
adhiero
a
la
frase
“el
show
debe
continuar”.
No,
somos
personas
y
esto
es
teatro,
nadie
va
a
morir
porque
se
suspenda
una
función.


Noticias:

¿Su
madre
llegó
a
verla
en
“Empieza
con
D…”?


Metilli:

No,
ni
en
ésta
ni
en
“Exit”,
porque
hacía
un
año
que
estaba
enferma.


Noticias:

Su
papá
tampoco,
¿no?


Metilli:

Tampoco,
porque
hace
varios
años
tuvo
un
ACV
y
hay
cosas
que
no
llega
a
escuchar
o
a
comprender.
Pero
a
su
manera
me
acompaña.


Noticias:

¿Él
se
quedó
en
Tandil?


Metilli:

Sí,
en
su
casa,
con
cuidadoras.
Las
mismas
que
los
cuidaban
a
los
dos.


Noticias:

Los
lunes,
el
único
día
que
no
tiene
teatro,
¿seguirá
yendo
a
Tandil?


Metilli:

Sí,
totalmente.
Lo
hice
mientras
estaban
ambos
y
seguirá
siendo
así. 

por
Sergio
Nuñez

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