Tamae Garateguy: “La risa es un arma muy poderosa”

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Hay
frases
fundacionales
en
el
cine
argentino.
No
pueden
faltar
la
de
Héctor
Alterio
enalteciendo
estar
vivo
en
“Caballos
salvajes”,
aquella
de
China
Zorrilla
con
la
vecina
copiona
de
ravioles
y
puchero
en
“Esperando
la
carroza”
o
el
análisis
inobjetable
de
Ricardo
Darín
sobre
la
falta
financistas
en
“Nueve
reinas”.
Los
cultores
del
cine
independiente
tenemos
la
nuestra,
es
“¡El
sueño
de
mi
vida!
¡5000
euros!”.
La
decía
uno
de
los
personajes
de
“UPA!
(Una
película
Argentina)”
allá
por
2007
y
las
cosas
no
han
cambiado
para
mejor.
La
saga
que
supo
reflejar
todas
las
locuras
del
cine
independiente
argentino
ya
va
por
su
cuarta
entrega,

“UPA!
Una
primavera
en
Atenas”
.
Sus
autores,
directores
e
intérpretes
son
Tamae
Garateguy,
Santiago
Giralt
y
Camila
Toker,
juntos
conforman
ese
monstruo
indie
de
tres
cabezas
hecho
de
diálogos
zumbones,
rodajes
descarriados
y
coproducciones
fallidas.
En
fin,
la
historia
de
nuestro
cine
hecho
a
pulmón
contada
con
amor,
humor,
fechas
de
estreno
sujetas
a
confirmación
y
cheques
rebotados.
Más
argento
no
se
consigue.
Y
si
de
malabares
se
trata,

Tamae
Garateguy

es
la
reina
del
circo.

Emblema
del
cine
de
género
nacional,
supo
construir
una
carrera
sólida
y
diversa
cuando
ni
siquiera
fantaseábamos
con
mujeres
metiéndose
de
lleno
en
el
terror,
el
policial,
la
acción,
el
fantástico
o
el
cine
erótico.
Como
prueba
están
sus
películas
“Pompeya”,
“Hasta
que
me
desates”,
“10
Palomas”,
“Auxilio”,
“Las
Furias”
y
la
que
se
viene,
“Hombre
perro”.

Santa
Patrona
indie,
melena
rosa,
puño
de
hierro,
mirada
atenta,
guiño
certero.
Tamae
Garateguy,
mucho
cine
como
nunca.
¡Acción!


Noticias:

En
este
momento
del
cine
argentino
donde
el
INCAA
alardea
orgulloso
sus
cero
películas
financiadas,
¿el
humor
puede
ser
un
arma
para
reflejar
el
estado
de
las
cosas?


Tamae
Garateguy:

La
risa
es
un
arma
muy
poderosa,
por
eso
con
Santiago
Giralt
y
Camila
Toker
tenemos
esta
trieja
que
ya
nos
dio
cuatro
hijas
llamada
“UPA”.
El
humor
para
nosotros
es
una
herramienta
capaz
de
señalar,
poner
en
foco
temas,
tender
puentes
y
sobre
todo
generar
preguntas.
Es
el
territorio
donde
pararse
e
identificarse
para
ver
situaciones
que
son
duras
desde
un
lugar
más
amable,
pero
no
por
eso
menos
cuestionador.
En
el
caso
de
esta
película
no
le
escapamos
al
momento
que
está
pasando
nuestro
cine,
la
comunidad
artística
y
las
mujeres,
no
solo
las
directoras,
las
productoras
o
las
actrices,
sino
también
las
escritoras,
las
periodistas,
las
cantantes.
El
humor
nos
ayuda
a
afrontar
esta
experiencia
en
donde
estamos
recibiendo
tanta
violencia
y
agresión. 


Noticias:

En
la
saga
de
“UPA!”
ustedes
son
el
primer
objeto
a
satirizar
desde
la
exploración
de
ciertos
clichés
del
cine
independiente,
que
está
siendo
el
más
atacado
en
estos
tiempos.
¿Cómo
lo
viven?


Garateguy:

Es
así,
empezamos
por
reírnos
de
nosotros.
Pero
formamos
parte
de
varios
grupos
atacados
por
nuestra
condición:
mujeres,
queer,
artistas,
miembros
de
la
comunidad
cinematográfica
que
es
un
blanco
permanente.
Decidimos
hacer
esta
cuarta
entrega
de
“UPA”
como
una
película
de
protesta,
es
nuestra
manera
de
responder
que
seguimos
existiendo,
porque
a
veces
sentimos
que
nuestra
simple
existencia
molesta.
Por
eso
justamente
salimos
a
contar
lo
que
está
pasando,
cómo
lo
vivimos
y
también
a
ironizar
sobre
nuestra
condición
de
seres
que
habitan
estos
grupos
tan
denostados…
¡para
luego
reírnos
de
tooodo
lo
demás!


Noticias:

Perdón,
volvamos
al
tema
de
la
trieja
porque
“UPA”
está
durando
más
que
la
mayoría
de
las
parejas.
¿Cuál
es
el
secreto
para
que
perdure
el
vínculo
durante
tantos
años?
No
voy
a
preguntar
si
están
noviando
como
hacen
en
los
portales…


Garateguy:

(Se
ríe)
Mirá,
yo
creo
que
a
esta
altura
“UPA”
es
un
mundo,
una
experiencia
y
te
agregaría
que
también
es
un
estado
de
ser.
Es
una
manera
de
mirar
y
de
mirarnos
risueñamente
a
nosotros
y
a
la
realidad
del
mundo.
A
veces
somos
mordaces,
otras
cariñosos,
nunca
cínicos.
Siempre
estamos
siendo
y
haciendo
“UPA”,
porque
lo
que
estamos
experimentando
ahora
probablemente
sea
lo
que
filmemos
en
4
o
5
años.


Noticias:

Usted
ha
sido
una
de
las
primeras
directoras
argentinas
que
ha
hecho
carrera
en
el
cine
de
género,
algo
que
era
considerado
poco
comercial
y
menos
prestigioso.
Hoy
el
género
llena
salas
y
gana
premios,
¿cambió
algo
para
las
mujeres
dedicadas
al
terror
y
la
acción?


Garateguy:

Mirá,
yo
empecé
en
la
era
pre
“Me
Too”
y
noto
una
diferencia.
Después
de
eso
los
feminismos
se
movilizaron,
las
chiquilinas
tuvieron
mucho
que
ver
con
el
verdadero
cambio
en
la
sociedad.
Una
cosa
son
los
movimientos
ideológicos
y
políticos,
pero
creo
que
lo
que
realmente
penetró
profundamente
en
nuestra
sociedad
fueron
las
chicas
que
pusieron
el
tema
sobre
la
mesa
familiar.
Eso
sucedió
de
manera
transversal
en
todos
los
niveles
socioeconómicos
y
en
personas
de
distintos
orígenes,
coincidiendo
en
el
hecho
de
que
hay
cosas
que
ya
no
pueden
pasar
más.
En
el
cine
ocurrió
lo
mismo,
se
nota
muchísimo
la
diferencia
con
otros
tiempos.
Recuerdo
que
cuando
hice
“Pompeya”
y
la
presenté
en
2011
en
el
Festival
de
Toronto,
en
la
fiesta
de
los
directores
éramos
50
hombres
y
3
mujeres.
Eso
es
algo
fuerte
hasta
desde
lo
visual 
y
fue
cambiando,
aunque
no
es
la
panacea.
El
techo
de
cristal
sigue
ahí,
hay
que
seguir
defendiendo
nuestra
participación
porque
todo
es
muy
reciente.
¿Hace
cuánto
que
pasó
esto
de
un
jurado
con
paridad
en
el
Festival
de
Cannes
y
mujeres
como
Greta
Gerwig
o
Juliette
Binoche
presidiéndolo?
Es
poco
tiempo,
se
le
pidieron
modificaciones
al
festival
recién
en
2020.
Hay
varios
temas,
entre
ellos
la
diferencia
de
sueldos
de
hombres
y
mujeres
dentro
de
la
industria
que
persisten.


Noticias:

Hace
un
tiempo
entrevisté
a
Julia
Ducournau,
la
primera
mujer
en
ganar
la
Palma
de
Oro
en
solitario
con
su
película
“Titane”.
Me
dijo
que
mientras
rodaba
la
película
sabía
que
iban
a
destrozarla
porque
filmar
la
violencia
es
un
territorio
vedado
para
las
directoras.
¿Es
así?


Garateguy:

Primero,
admiración
absoluta
por
ella
y
por
Coralie
Fargeat,
directora
de
“La
Sustancia”.
Tiene
razón
Ducournau,
la
mujer
es
como
el
reducto
de
la
seguridad
y
el
apego,
es
la
figura
de
la
madre,
el
amor,
la
que
estará
a
pesar
de
todo.
¿Entonces
qué
pasa
si
se
corre
de
ese
lugar
y
empieza
a
usar
los
mismos
elementos
que
los
varones?
Simbólicamente
no
hay
lugar
seguro
adonde
ir,
ese
es
el
motivo
por
el
que
causa
tanta
conmoción
cuando
una
directora
cuenta
esas
historias.
Intranquiliza
mucho,
no
se
nos
es
permitido
todavía.
Lo
que
están
haciendo
estas
directoras
es
tan
importante,
tan
revolucionario
y
rebelde
porque
las
mujeres
recibimos
violencia
y
pareciera
que
nuestra
función
social
es
devolver
otra
cosa,
lo
cual
es
una
capacidad
de
todos
los
seres
humanos,
no
solo
de
las
mujeres,
pero
de
nosotras
se
espera
siempre
eso.
En
la
industria
hay
algunos
géneros
que
son
privativos
hasta
el
día
de
hoy,
en
el
cine
de
acción,
por
ejemplo,
las
mujeres
casi
no
existen
como
autoras,
serán
el
1
o
el
2
por
ciento,
por
eso
voy
para
ahí,
me
gusta
meterme
en
los
lugares
más
difíciles. 


Noticias:

La
única
directora
referente
indiscutida
dentro
del
cine
de
acción
sigue
siendo
Kathryn
Bigelow.
Dígame,
Garateguy,
¿cuál
es
su
“Punto
límite”?


Garateguy:

¡Ay,
ayyy!
(se
ríe)
Ahora
tengo
un
proyecto
que
me
gusta
mucho
y
ojalá
se

como
lo
estoy
craneando.
Mi
próxima
película
se
llama
“Perro
diablo”
y
se
desarrolla
en
el
mundo
de
las
mujeres
de
la
lucha
libre.
Es
sobre
cholitas
luchadoras
y
un
personaje
mitad
argentino
y
mitad
japonés
que
es
artista
marcial,
que
se
juntan
en
búsqueda
de
venganza.
Y
esto
me
hace
retomar 
lo
de
la
rebeldía
de
la
que
hablábamos
antes.
¿Por
qué
a
riesgo
de
equivocarme
no
puedo
meterme
a
representar
la
violencia?
Sino
esos
relatos
quedan
exclusivamente
del
lado
de
los
varones,
no
me
refiero
a
los
hombres
en
tanto
personas,
sino
a
los
mandatos
que
tienen
que
ver
con
la
masculinidad
y
su
narrativa.
Cuando
una
mujer
representa
estos
temas
tan
arraigados
tradicionalmente
con
la
mirada
masculina
pasan
otras
cosas.


Noticias:

¿Cambian
las
preguntas
y
las
respuestas?


Garateguy:

Sí,
porque
estás
parada
en
otro
lado.
Cuando
hice
“Pompeya”
me
preguntaban
dónde
estaban
mis
hijos
mientras
filmaba
y
si
sabían
lo
que
hago,
¿me 
entendés?
¿Vos
te
imaginás
a
alguien
preguntándole
eso
a
un
señor?
No
tendría
que
ser
así,
porque
ese
lugar
de
amor
y
protección
también
puede
darlo
un
hombre,
son
roles
que
se
pueden
mover.
¡Por
todo
eso
las
directoras
que
hacemos
cine
de
género
somos
las
más
rebeldes!
(se
ríe)


Noticias:

Entre
las
categorías
que
maneja
el
cine
está
la
de
la
chequera
o
el
prestigio,
¿se
puede
escaparle
al
esnobismo
?


Garateguy:

Yo
creo
que

y
la
manera
para
hacerlo
es
mediante
el
humor.
Lo
kitsch
se
ríe
de

mismo,
pero
una
de
las
características
del
esnobismo
es
tomarse
muy
en
serio
ciertas
estéticas,
mirá
cómo
se
enojan
con
películas
como
“The
Square”
que
ironizan
con
la
pertenencia
y
el
ascenso
social,
a

me
encanta
la
visión
ácida
de
su
director
Ruben
Östlund,
¡me
da
mucha
risa!
Cruza
fronteras
escenificando
el
cinismo
al
que
puede
acceder
la
clase
privilegiada
del
arte.
Reconocer
la
mueca
y
reírte
de
eso
con
el
otro
genera
una
complicidad
que
rompe
con
la
pose.

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