Este
lunes
por
la
mañana,
los
empleados
del
restobar
Rock
Me
Beer
ubicado
sobre
la
avenida
9
de
Julio
en
la
galería
Argeo
se
toparon
con
que
en
la
madrugada
se
había
desarmado
la
estructura
del
lugar
y
no
estaba
más
buena
parte
del
mobiliario.
El
propietario
de
la
firma,
Ariel
Tondo,
emitió
un
comunicado
en
el
que
plantea
las
razones
por
las
que
se
tomó
esta
determinación
según
su
posición.
Un
agente
de
UTHGRA,
el
gremio
que
nuclea
a
los
trabajadores,
relevó
al
personal
para
avanzar
sobre
las
negociaciones
con
la
empresa
propietaria
de
la
firma.
La
sucursal
ubicada
en
la
galería
L´Strada
seguía
abierta
esta
mañana.
Estefanía
Morales,
una
de
las
empleadas
del
bar,
le
dijo
a
Carlos
Paz
Vivo
que
se
dieron
con
esta
situación
cuando
llegaron
a
trabajar
esta
mañana.
“Nos
despertamos
con
la
noticia
de
que
estaban
desmantelando
Rock
Me
Beer
y
cuando
vinimos
lo
habían
desmantelado.
No
hubo
un
anuncio
previo,
no
hubo
pago
al
personal,
ni
un
resarcimiento
económico
por
todo
esto”;
dijo
y
acotó:
“Somos
35
los
empleados
que
nos
quedamos
sin
trabajo”:
“No
nos
esperábamos
esto
porque
pasó
exactamente
lo
mismo
que
en
Moto
Café,
no
nos
dijo
nada
y
es
otro
local
más
que
se
cargó
de
gente
desocupada.
Hay
versiones
de
que
las
instalaciones
del
bar
que
funcionó
hasta
anoche
en
galería
Argeo
serán
alquiladas
por
un
empresario
relacionado
al
espectáculo.
El
comunicado
de
Ariel
Tondo
Al
mediodía,
Ariel
Tondo
distribuyó
un
comunicado
entre
los
medios
de
prensa
en
el
señala
que
se
decidió
el
“cierre
definitivo
de
la
sucursal
Argeo
de
Rock
Me
Beer,
en
la
peatonal
de
Villa
Carlos
Paz,
el
local
más
grande
y
emblemático
de
nuestra
marca”.
Atribuyó
esta
situación
a
“las
gravísimas
consecuencias
de
un
entramado
de
usura
y
extorsión
nos
obligaron
a
tomar
esta
determinación”.
Y
volvió
a
la
carga
con
la
denuncia
que
realizó
ante
la
Justicia
hace
algunos
meses:
“”Desde
hace
años,
vengo
siendo
víctima
de
estafa,
extorsión
,
amenazas,
y
usura
por
hechos
que
se
encuentran
denunciados
en
la
Justicia
Penal
con
pruebas
contundentes”.
“Las
consecuencias
de
esta
persecución
fueron
devastadoras:
primero
tuvimos
que
cerrar
Moto
Café,
luego
nuestras
joyerías,
y
hoy
este
bar
que
significaba
tanto
para
nosotros
y
para
la
ciudad”,
expresó.
Y
añadió:
“El
daño
económico
fue
tal
que
resultó
imposible
sostener
los
compromisos
asumidos:
alquileres,
expensas,
insumos
y
gastos
fijos.
Pese
a
todo,
cumpliremos
con
las
remuneraciones
correspondientes
a
las
más
de
20
familias
que
trabajaron
en
este
local,
porque
nuestro
compromiso
con
ellas
es
irrenunciable.
Este
cierre
no
es
el
resultado
de
una
mala
gestión,
sino
de
una
estafa
que
arruinó
proyectos
y
destruyó
fuentes
de
trabajo.
Nuestro
deseo
es
que
la
Justicia
actúe
con
firmeza
para
que
nadie
más
pase
por
lo
que
hoy
nos
toca
atravesar”.