
A
diferencia
de
otros
años,
la
pasada
edición
de
los
Golden
Globes
fue
una
verdadera
apertura
de
la
temporada
de
premios,
que
culmina
con
los
Oscar:
la
mayoría
de
los
ganadores
en
las
categorías
importantes
en
cine
repitió
su
premio
en
los
Oscar
(solía
ser
un
lugar
de
diferencias).
Este
año
hay
más
dudas
al
respecto.
Los
Golden
Globes
son
dados
por
la
Golden
Globe
Foundation,
integrada
por
periodistas
y
nacida
después
de
la
disolución
de
la
Hollywood
Foreign
Press,
una
avergonzada
asociación
que
anda
a
hurtadillas
en
los
nuevos
premios.
El
galardón
es
emitido
desde
hace
años
por
TNT
y
desde
hace
poco
en
la
plataforma
MAX
(son
un
preshow
en
la
alfombra
roja).
La
actriz
Viola
Davis
recibirá
el
premio
que
saluda
el
logro
en
el
cine,
el
Cecil
B.
DeMille
Award
(otro
gesto
de
corrección
política
que
no
le
quita
nada
a
Davis
como
productora
y
actriz,
pero
que
subestima,
a
su
torpe
manera,
la
historia
del
cine).
A
la
hora
del
novedoso
Carol
Burnett
Award,
que
saluda
a
leyendas
de
la
TV,
el
premio
lo
recibe
Ted
Danson,
el
actor
que
desde
Cheers
a
The
Good
Place,
ha
sido
parte
de
decenas
de
shows
clásicos
de
la
televisión
norteamericana.
A
la
hora
del
cine,
Emilia
Perez,
el
musical
francés
hablado
en
español
e
inglés,
tiene
10
nominaciones
y
es
seguido
por
The
Brutalist,
con
7
nominaciones.
El
oso
sigue
siendo
la
serie
celebrada
a
la
hora
de
los
premios,
aunque
sus
cinco
nominaciones
corren
riesgo
frente
a
shows
como
Shogun.
La
conductora
es
Nikki
Glaser
y
es
la
primera
mujer
en
conducir
en
singular
la
ceremonia.
El
show
es
famoso
por
sus
conductores
(Ricky
Gervais,
o
la
inmejorable
dupla
entre
Tina
Fey
y
Amy
Poehler)
y
casi
queda
sin
conductor
tras
el
fracaso
resonante
de
Jo
Koy
el
año
pasado.
En
un
año
de
pocos
films
populares,
queda
ver
si
los
ratings
acompañan
al
agonizante
premio.