Serbia anunció este sábado que las unidades de su Ejército se extendían para tomar posiciones en la línea administrativa con Kosovo, en medio de renovadas tensiones y enfrentamientos en esa zona.
“Se está produciendo el despliegue de unidades del Ejército serbio hacia la línea administrativa, esperamos que tomen posiciones en las próximas horas. No queremos jugar a ningún juego de guerra, pero las líneas rojas para Serbia son conocidas”, declaró el ministro de Defensa serbio, Milos Vucevic, citado por la agencia de noticias Sputnik
El funcionario subrayó que el despliegue de las unidades se desarrollan de acuerdo con la situación actual, y que permanecerán en sus posiciones.
La nueva escalada de las tensiones deriva de unas elecciones locales celebradas el mes pasado en los municipios kosovares de Zvecan, Zubin Potok y Leposavic en las que la comunidad serbia, mayoritaria en la zona, llamó al boicot, lo que se tradujo en una participación mínima y en la victoria de representantes de partidos vinculados a la minoría albanesa.
En este contexto, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, anunció este sábado su renuncia como líder del gobernante Partido Progresista Serbio y durante una reunión del partido en la ciudad de Kragujevac transmitida en línea por la cadena Tanjug, propuso para ese puesto la candidatura del ministro de Defensa Milos Vucevic.
La renuncia se dio a conocer luego de que este viernes la población serbia local se reuniera frente a las oficinas de las nuevas autoridades vinculadas a la minoría albanesa para evitar que pudieran acceder a sus despachos, lo que generó enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
La Policía entró en el ayuntamiento de Zvecan y usó gas lacrimógeno y granadas aturdidoras, también se escucharon disparos. En Leposavic se cortó la comunicación telefónica.
Vucic, que ejerce también la función de comandante de las Fuerzas Armadas, puso en alerta de combate al Ejército y ordenó el despliegue de tropas cerca de la frontera con Kosovo, una antigua provincia serbia que en 2008 proclamó una independencia que todavía no es oficialmente reconocida por cerca de la mitad de los países miembros de Naciones Unidas.
Kosovo es el hogar de aproximadamente 120.000 serbios, muchos de los cuales siguen siendo leales a Belgrado, especialmente en las áreas del norte cerca de la frontera, donde hay frecuentes disturbios, manifestaciones y brotes de violencia ocasionales.
La reciente escalada alarmó a Rusia, que hoy declaró seguir “con preocupación otro agravamiento de la situación en la provincia autónoma de Kosovo y Metojia, donde continúan la persecución y la violencia contra la población autóctona serbia por parte de los radicales albanokosovares”.
“Moscú #condena enérgicamente las acciones de Pristina que amenazan la seguridad en la región de los Balcanes y responsabiliza de lo ocurrido a Estados Unidos y la Unión Europea”, agregó la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova, en un comunicado publicado en la web del Ministerio de Exteriores ruso.
La vocera precisó que Estados Unidos y el bloque comunitario se desempeñan como “instigadores del conflicto” que retrasan el logro de una solución mutuamente aceptable basada en la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU.