Salvo el Cristo Redentor, obligado a verla de lejos, todo Río de Janeiro bailó con Madonna en Copacabana

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Resultaba
imposible
medir
la
cantidad
de
gente
que
vibró,
bailó
y
hasta
lloró
en
Copacabana,
disfrutando
del histórico
show
de
Madonna,
aunque
algunos
se
arriesgaban
a
señalar
que
hubo
más
de
dos
millones
de
personas.
Y
todo
fue
magie
desde
que
apareció
en
escena
en
ese
inmenso
escenario
de
800
metros
cuadrados
montado
frente
a
la
playa,
para
empezar
con “Nothing
Really
Matters”.
Habían
pasado
algunos
minutos
de
las
22,
cuando
la ‘chica
material’,
de
deslumbrantes
65
años,
recorrió
la
larga
pasarela
elevada
que
habían
montado
desde
el emblemático
hotel

Copacabana
Palace
,
donde
se
aloja,
hasta
el
monumental
escenario
de
800
m2,

el
doble
de
tamaño
de
los
anteriores
shows
de
la
gira. 

Madonna
cerró
en
Río
su
gira
mundial “The
Celebration
Tour”,
con
la
que
celebra 40
años
de
carrera,
y
la
expectativa
de
que
asistiría 1,5
millones
de
personas
se
vio
largamente
superada.
El
estadounidense
DJ
Diplo
calentó
el
ambiente
en
“la
pista
más
grande
el
mundo”,

y
ya
desde
hora
temprana
no
no
paraban
de
llegar
a
la
playa
cariocas
y
turistas
del
resto
de
Brasil
y
del
exterior
para
disfrutar
de
la
mágica
fiesta.

Alba
y
Roxy
Rueda,
dos
hermanas
argentinas
de
48
y
46
años,
compraron
los
pasajes
apenas
comenzaron
los
rumores
de
su
show
en
Rio
meses
atrás.
“Cuando
cumplí
nueve
años,
mi
hermana
mayor,
que
falleció
el
año
pasado,
me
regaló
el
primer
walkman
con
el
cassette
de ‘Like
a
Virgin’.
Desde
entonces
no
paramos
de
escucharla.
Por
eso
para
nosotras
venir
tiene
que
ver
con
el
vínculo
entre
hermanas”,

le
contaba
Alba
a
la
AFP.

Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios

El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.

En
el
mar,
había
decenas
de
yates
y
otras
embarcaciones
que
se
habían
apostado
para
ver
en
primera
fila
del
show
estacionados
muy
cerca
del
escenario.
El
día
D
se
esperó
con
enorme
expectativa,
y
desde
el
mediodía
Copacabana
bullía
de
excitación,
con
centenares
de
vendedores
de
todo
lo
imaginable
vinculado
con
Madonna,
mientras
miles
de
policías
intentaban
mantener
a
raya
el
tema
seguridad,
en
un
intento
de
minimizar
los
habituales
robos
en
masa. 

“He
estado
escuchando
a
Madonna
toda
la
semana.
Es
como
si
tuviera
un
gran
subidón
energético”,
dice
a
la
AFP
Iná
Odara,
una
socióloga
de
29
años
que
luce
una
frase
de
su
ídola
tatuada
en
el
brazo: “Todo
lo
que
aprendiste,
trata
de
olvidarlo”. “Madonna
me
ayudó
a
salir
de
la
Iglesia
católica,
a
pensar
muchas
cosas,
a
cambiar
mi
relación
con
mi
familia”,
agrega
esta
mujer
trans
sobre
Madonna,
una
activista
de
la
causa
LGBTI
de
larga
data.


De “Like
a
Virgin”
a
actuar
con
sus
hijos
– 

“Are
you
ready?”,

escribió
sobre
el
final
de
la
tarde
Madonna
en
Instagram
junto
a
tres
fotos,

dos
con
la
bandera
de
Brasil
y
una
de
su
torso
con
la
camiseta
verdeamarela
de
la
selección
de
fútbol
con
el
número
10

y
la
inscripción

Ciccone
,
su
apellido.

Asistieron
fans
de
varias
generaciones,
todos
exultantes,
y
Madonna
brilló
tras 80
presentaciones
en
15
países
de
Europa
y
Norteamérica,
con
un
concierto
que
fue
imponente
broche
de
oroel
concierto
en
Rio
sirve
de
broche
de
oro
de
una
gira
que
se
volvió
especialmente
significativa,
después
de
que
en
junio
una
grave
infección
bacteriana
hiciera
temer
por
la
vida
de
la
cantante.

Desde
que
en
1984
el
éxito “Like
a
Virgin”
la
catapultó
a
la
escena
internacional,
Madonna
lanzó
un
álbum
cada
dos
o
tres
años
y
hoy
es
considerada
una
de
las
mayores
artistas
pop
de
todos
los
tiempos.

Madonna estremeció a Río de Janeiro.

Madonna
ha
marcado
a
generaciones
con
su
talento,
que
abunda
en
momentos
icónicos. Su
irreverencia
hasta
le
valió
una
relación
tumultuosa
con
la
Iglesia
católica,
al
punto
de
ser
excomulgada
por
el
papa
Juan
Pablo
II
por
su
video
de “Like
a
Prayer”,
considerado
blasfemo.

Pero
al
cabo
de
cuatro
décadas,
sigue
maravillando
a
la
industria
y
al
público
con
su
eterna
capacidad
para
innovar. Y
este
sábado,
la
camaleónica
Madonna
se
conviertió
en
todas
las
Madonnas:
la “chica
material”,
la
novia,
la
católica
pícara,
la
virgen,
la
vaquera…

También
por
supuesto
la
que
reivindica
su
erotismo,
y
simultáneamente
la
maternidad:

cuatro
de
sus
seis
hijos
compartieron escenario
con
ella. 
También
estuvieron
la
cantante
pop
drag
brasileña
Pabllo
Vittar
y
Anitta,
la
reina
del
funk,
que
en
2019
hizo “Faz
Gostoso”
en
colaboración
con
Madonna.

Madonna estremeció a Río de Janeiro.

El
concierto
gratuito
en
la
playa
fue
una
apuesta
económica
de
Rio
de
Janeiro,
que
invirtió
unos
20
millones
de
reales
(4
millones
de
dólares)
de
los
12
millones
de
dólares
que
costó
la
producción.
Pero autoridades
hacían
cálculos
que
el
espectáculo
aportaría
a
la
economía
de
la
ciudad
unos 293
millones
de
reales
(57
millones
de
dólares),
con
los
hoteles
repletos
y
cientos
de
restaurantes
y
comerciantes
haciendo
su
temporada
extra.

 

AFP/HB