El
productor
Diego
Kolankowsky
hizo
historia
en
los
Premios
Tony
2025
al
ganar
dos
estatuillas
por
sus
producciones
Maybe
Happy
Ending
—consagrada
como
mejor
musical
del
año—
y
Sunset
Boulevard
—ganadora
como
mejor
reestreno
de
un
musical—,
en
una
ceremonia
realizada
en
el
icónico
Radio
City
Music
Hall
de
Nueva
York.
Fue
una
coronación
que
selló
una
década
de
trabajo
en
la
meca
del
teatro
musical
y
lo
posicionó
como
la
gran
figura
latinoamericana
de
la
escena
teatral
neoyorquina.
La
dimensión
del
logro
es
aún
mayor
si
se
considera
que
las
obras
producidas
por Kolankowsky
acumularon 17
nominaciones.
Y
su
rol
como
productor
creativo
de
Maybe
Happy
Ending
y
coproductor
de
Sunset
Blvd.
lo
colocó
en
el
centro
del
podio.
Subió
dos
veces
al
escenario,
emocionado,
eufórico,
“volando
a
un
metro
del
piso”,
como
él
mismo
dijo
tras
la
ceremonia.
Una
obra
original
que
conmovió
a
Nueva
York
Maybe
Happy
Ending,
escrita
por
Will
Aronson
y
Hue
Park,
es
una
fábula
futurista
ambientada
en
la
Seúl
del
año
2064,
protagonizada
por
dos
robots
obsoletos
que
descubren
el
amor
y
la
conciencia
de
la
muerte.
Con
dirección
del
talentoso
Michael
Arden
—habitual
colaborador
de
Kolankowsky—,
la
obra
combinó
ciencia
ficción,
lirismo,
estética
kabuki
y
jazz
nostálgico
para
hablar,
desde
lo
robótico,
de
lo
más
humano.
De
sus
diez
nominaciones,
Maybe
Happy
Ending
obtuvo
seis
galardones,
incluyendo
mejor
música
original,
mejor
dirección,
mejor
actor
y
diseño
escenográfico.
Kolankowsky
no
solo
financió
el
proyecto:
lo
acompañó
desde
su
génesis,
durante
siete
años,
apostando
con
riesgo
personal,
incluso
endeudándose
para
que
pudiera
ver
la
luz
en
Broadway.
“Es
nuestra
Cenicienta
convertida
en
reina”,
dijo
emocionado
al
recibir
el
premio.
Sunset
Boulevard:
el
regreso
de
una
leyenda
La
otra
victoria
llegó
de
la
mano
de
Sunset
Blvd.,
la
ambiciosa
reposición
del
clásico
de
Andrew
Lloyd
Webber,
dirigida
por
Jamie
Lloyd
y
protagonizada
por
Nicole
Scherzinger
como
una
inolvidable
Norma
Desmond.
Con
siete
nominaciones,
la
producción
ganó
tres
Tony,
entre
ellos
el
de
mejor
actriz
y
mejor
diseño
de
luces.
Kolankowsky,
como
coproductor,
fue
parte
esencial
del
proyecto,
apostando
a
una
reinvención
visual
y
emocional
de
uno
de
los
musicales
más
célebres
del
siglo
XX.
El
resultado
fue
una
versión
moderna,
intensa
y
oscura
que
revitalizó
la
figura
trágica
de
la
diva
del
cine
mudo.
Una
década
de
construcción
en
Broadway
El
doble
triunfo
de
Kolankowsky
no
es
casualidad,
sino
fruto
de
una
trayectoria
de
diez
años
de
trabajo
en
Broadway.
Desde
su
debut
con
Spring
Awakening
en
2015,
su
nombre
se
consolidó
en
proyectos
de
peso
como
Beetlejuice,
American
Buffalo
y
Once
on
This
Island,
con
la
que
ganó
su
primer
Tony
en
2018.
Su
estilo,
que
combina
una
mirada
artística
aguda
con
audacia
empresarial,
lo
convirtió
en
una
rara
avis:
un
latinoamericano
protagonista
en
la
industria
teatral
más
exigente
del
mundo.
Pese
al
éxito
internacional,
Kolankowsky
no
pierde
de
vista
su
raíz:
“Quiero
hacer
Maybe
Happy
Ending
en
la
Argentina”,
anunció
con
entusiasmo.
Ya
posee
los
derechos
para
montarla
en
español
en
el
país,
así
como
en
México
y
España.
“Nunca
produje
en
mi
país.
Esta
puede
ser
la
primera
vez.
Si
la
hago,
quiero
que
se
vea
con
la
misma
calidad
que
en
Broadway”,
aseguró.
Aunque
reconoce
que
es
una
obra
compleja
y
cara,
su
deseo
de
llevarla
a
la
calle
Corrientes
es
genuino
y
fuerte.
Un
rey
con
los
pies
en
la
escena
Ya
en
la
fiesta
de
celebración
—primero
en
el
MoMA,
luego
en
el
Bryant
Park
Grill—,
Kolankowsky
compartió
la
alegría
con
su
hija
Ámbar
y
su
equipo
artístico.
“Pertenezco
a
la
comunidad
más
linda
del
mundo:
la
del
teatro,
y
la
de
Broadway”,
dijo
entre
abrazos
y
brindis.
En
esa
comunidad,
su
lugar
está
asegurado.
Con
dos
premios
y
el
reconocimiento
del
mundo
teatral,
Diego
Kolankowsky
no
solo
hizo
historia:
abrió
una
puerta
para
el
talento
argentino
en
lo
más
alto
del
escenario
global.
Broadway
ya
lo
aplaude
como
a
uno
de
los
suyos.
por
R.N.